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Mañana es el último día para visitar la exposición Un zangoloteo artístico, en el MAM

No-Grupo generó memoria, crítica y nuevos espacios estéticos: Sol Henaro

Fisurar genealogías y desestabilizar la historia del arte, propone la curadora de la muestra

 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de marzo de 2011, p. 4

Como profesionales de la cultura y el arte tenemos la responsabilidad, también, de generar memoria, expresó Sol Henaro, curadora de No-Grupo: un zangoloteo al corsé artístico, exposición que mañana termina en el Museo de Arte Moderno (MAM).

En la presentación del catálogo de la muestra, Henaro consideró que es muy sencillo acudir siempre a la genealogía del arte, la historiografía de arte, como se ha ofrecido y repetirla sin ninguna crítica. En contraste, hay que fomentar una posición crítica hacia cualquier cosa que se nos presente y en el caso de este medio que nos compete como profesionales del arte, pues procurar también generar estos nuevos espacios, fisurar estas genealogías y desestabilizar también la historia del arte.

Para Henaro, curar la exhibición fue un ejercicio de desestabilización de la memoria. El No-Grupo inició sus colaboraciones en 1977 y dio fin al ejercicio grupal, por común acuerdo, para seguir su quehacer artístico como individuos hacia 1983. Por el carácter de su producción (la mayoría de condición efímera) y por la incipiente conciencia en esa generación por documentar o registrar los actos, los residuos objetuales y/o documentos que subsisten están muchas veces disgregados, explicó la curadora.

Cuando el grupo decidió separarse, sacaron cuatro juegos de fotocopias del material existentes, para que cada uno tuviera una memoria de lo que había creado. Pero cuando Melquíades Herrera murió, su archivo tuvo unas ediciones tremendas. Por ejemplo, lo que está en San Carlos no tiene lo del No-Grupo. Alfredo Núñez se fue a vivir a Estados Unidos, dejó aquí su archivo un poco olvidado, ya que también sufrió ediciones. Sin embargo, Maris Bustamante y Rubén Valencia, como eran pareja, tenían el archivo repetido y nunca se cambiaron de casa.

De allí que la mayor parte del material de la exposición procede del archivo de Bustamante. Henaro apuntó que desde 2003 la artista ha nutrido mis intereses con una confianza que verdaderamente atesoro.

También integraron la peculiar colectividad del No-Grupo: Hersúa, Katia Mandoki, Susana Sierra, Sandra Llano, Roberto Reahl de León y Andrea di Castro.

Artes no objetuales

–¿Cuál sería su característica en una época en que proliferaron los grupos?

–Fue uno de los mejores exponentes de las artes no objetuales, ese concepto que tanto defendió Juan Acha, en un momento en que se preguntaba mucho sobre la identidad por medio de la producción artística. Acha fue muy hábil en generar un concepto distinto para todas esas prácticas experimentales. Para mí, el No-Grupo es uno de los que mejor entendió, digamos, esa línea.

“Respecto de la generación de los grupos hay dos figuras teóricas que sí hicieron una cesión. Por un lado está Alberto Híjar y, por otro, Acha. Aunque ambos venían del marxismo, lo enten-dían con matices distintos. Con Híjar se explica la producción de Germinal, Tai, Suma, Proceso Pentágono, de una serie de grupos que eran como frontalmente mucho más políticos, pero con un tipo de política muy particular.

“Acha estaba interesado en producciones más experimentales que entendían la práctica política no necesariamente como una crítica hacia el sistema de poder hegemónico o del Estado, sino que para ellos era un acto político generar espacios y defender también un modo de producción que en ese momento no se entendía por el tipo de materiales que utilizaban. No tenían un nombre ni siquiera para definir su trabajo. Tuvieron que inventar este concepto de los montajes de instantes plásticos que años después lo vemos, claro, como arte acción o performance. Es un momento de mucha transición, de mucho movimiento,”