De ninguna manera se debe permitir que las armas caminen de Estados Unidos hacia México, señaló ayer el fiscal general estadunidense, Eric Holder, al prestar testimonio ante el Subcomité de Asignaciones del Senado.

Citado con motivo de las revelaciones sobre tráfico de armamento a México, en la operación Rápido y furioso, el funcionario indicó que las agencias de procuración de justicia tienen la instrucción clara de no permitir que crucen armas ilegalmente hacia el vecino país.

Según información difundida ayer por la embajada de Estados Unidos en México, Holder respondió a los cuestionamientos que algunos legisladores le hicieron respecto de la mencionada operación.

La senadora republicana Kay Bailey Hutchinson le preguntó sobre las versiones de que que la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF, por sus siglas en inglés) sabía de la venta ilegal de armas a México, supuestamente con el fin de poder rastrearlas.

Holder respondió que precisamente la misión de la ATF es detener el flujo de armas hacia territorio mexicano y hacia las personas que no deben tener armas, incluso en Estados Unidos, y puntualizó que esta agencia ha prestado grandes servicios, tanto en territorio estadunidense como para México.

No obstante, reconoció: “Es cierto, ha habido preocupaciones. Tomo esos alegatos muy en serio y por eso he solicitado al inspector general un informe. Dejar que las armas ‘caminen’ no es aceptable. Son un caso muy diferente a las drogas o el dinero, cuando estamos tratando de rastrearlos. No es aceptable. No podemos tener una situación en que se permita que las armas caminen. Y he dejado esto en claro a los fiscales y a los agentes a cargo de la ATF”.

La embajada estadunidense puntualizó que Holder dejó en claro a los funcionarios que trabajan en la frontera que nadie en el Departamento de Justicia puede permitir que las armas crucen ilegalmente hacia México.

Esta representación recordó que Rápido y furioso fue una de las muchas operaciones prioritarias contra el tráfico de armas llevada a cabo en territorio estadunidense. Fue un operativo exitoso que desmanteló una banda de traficantes en Estados Unidos y llevó a las acusaciones anunciadas el 25 de enero de 2011 en Phoenix, Arizona, contra 20 individuos que presuntamente traficaban armas de fuego de Estados Unidos hacia México.

La legación estadunidense aseguró que funcionarios de procuración de justicia de ese país mantuvieron informados a sus contrapartes mexicanos a cargo de combatir el contrabando, sobre cómo y cuándo se ponían en práctica las operaciones en Estados Unidos, hasta el 25 de enero, cuando 19 de los 20 acusados fueron arrestados.

Incluso, aseguraron finalmente, agentes mexicanos estuvieron presentes durante los arrestos del 25 de enero en Phoenix.