Cassez y el pasmo de los franceses
arís. Entre quienes se felicitan de la derrota de una cultura con bocadillos y champaña
y quienes lamentan la pérdida económica y de empleos que habrían producido las 350 manifestaciones artísticas con exposiciones, películas, conciertos y conferencias programadas para el Año de México. Entre quienes se apiadan de la pobre chica francesa
acusada de pertenecer a una banda del crimen organizado en la industria del secuestro y quienes se indignan de que haya quienes la crean inocente sólo porque tiene genes franceses
. Entre quienes predicen que Florence Cassez hará una entrada triunfal entre aplausos por los Campos Elíseos cuando Felipe Calderón deje la presidencia de México y a quienes repugna el papel de heroína con que la televisión y la prensa francesa la invisten.
Entre quienes reprochan la solidaridad de las clases política e intelectual y el pueblo mexicano con su gobierno, que prefirió anular el festejo mexicano en Francia en vez de permitir que se le consagrara a una campaña pro inocencia de la francesa condenada a 60 años de cárcel y se indignan por la traición
de la prensa gala crítica ante la propuesta de su presidente Nicolas Sarkozy. Y quienes señalan que ya en México se fisura la solidaridad nacional con los cuestionamientos sobre la responsabilidad del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, autor intelectual de un montaje televisivo para demostrar la culpabilidad de Florence
.
Entre quienes se escandalizan por un juicio plagado de inconsistencias, como el mencionado montaje, el no enjuiciamiento del jefe de la banda, Israel Vallarta; las contradicciones de los testigos de cargo respecto al sitio donde los mantuvieron secuestrados y otros argumentos de descargo producidos por la defensa que los jueces no tomaron en cuenta. Y quienes afirman que no hay humo sin fuego
…
Van ganando quienes evocan la fama mundial del aparato judicial mexicano con casos como los de Acteal, o el de Jacinta Marcial, Alberta Alcántara y Teresa González, las indígenas secuestradoras de agentes policiacos que purgaron entre tres y cuatro años de injusta prisión
, o el de Ignacio del Valle defensor de floristas en Atenco condenado a 112 años de cárcel
, o con el documental recién prohibido por una juez, Presunto culpable. Todo lo cual deja perplejos a los herederos de Renato Descartes.
Yuriria Iturriaga, corresponsal