Elba Esther Gordillo Morales no sólo debe dar cuenta de la lista de profesores comisionados en labores partidistas, sino transparentar el destino de las cuotas sindicales y los fondos para apoyar a los maestros en vivienda y capacitación, aseguraron integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes destacaron que la base magisterial no sólo quiere transparencia en los recursos que se destinan a la educación, sino la salida inmediata de una dirigencia sindical corrupta y aliada de los peores intereses políticos.

Destacaron que tras la solicitud del senador petista Ricardo Monreal para que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) entregue mes a mes la lista de maestros comisionados en todo el país, y el rechazo inmediato del secretario general del gremio magisterial y senador, Rafael Ochoa Guzmán, a dicha petición, queda muy claro que se busca proteger a Gordillo Morales, en todas las instancias, con un manto de impunidad. Prueba de ello es la respuesta de uno de sus peones políticos más fieles para tratar de evitar que se conozcan las tropelías y crímenes que han cometido por décadas.

José González Figueroa, líder fundador de la CNTE, aseguró que no es sólo la petición de conocer el número real de trabajadores de la educación comisionados al servicio de los intereses político-electorales elbistas: hay una demanda apremiante para que dé cuentas del daño que ha ocasionado a la educación pública y del destino de miles de millones de pesos que ha recibido para beneficio de los maestros.

El magisterio disidente, explicó, se sumará a cualquier acción que busque el ejercicio pleno de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores de la educación, así como la aplicación de la justicia en todos los casos de abuso, crímenes y corrupción que ha encabezado la cúpula gordillista. Necesitamos transparencia, rendición de cuentas y castigo a quienes han violado la ley.

Pedro Ramírez Vázquez, líder disidente del magisterio en la sección 36 del estado de México, afirmó que la corrupción en el SNTE también es una responsabilidad del gobierno federal, porque desde hace décadas hemos denunciado la existencia de un verdadero ejército de reserva que la cúpula gordillista emplea para sus labores electorales en favor del mejor postor.

Llevamos años insistiendo, afirmó, que la dirigencia del SNTE emplea a profesores y personal de apoyo en tareas no educativas. A pesar que son miles en cada una de las entidades del país, las autoridades han sido omisas en la aplicación de la ley, y lo mismo ocurre con el despilfarro de los recursos públicos destinados a la educación.

Es momento de preguntarnos, indicó, “hasta cuándo se va a tolerar esto. Por qué no actúan las instancias competentes para transparentar a dónde va cada peso destinado a la educación, y cuánto se ha quedado en los bolsillos de Elba Esther Gordillo. Nuestra demanda como magisterio disidente es clara: que se vayan los charros y que se garantice una verdadera educación pública, gratuita y laica”.