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Los de Abajo

Encuentro indígena en Nurío

N

urío, en la meseta purépecha de Michoacán, sede hace 10 años del histórico tercer Congreso Nacional Indígena (CNI), que marcó, en el contexto de la Marcha del color de la tierra convocada por el EZLN, un hito en el movimiento indígena mexicano, vuelve a ser la comunidad anfitriona de una reunión de los pueblos indígenas en la que, en el contexto de este décimo aniversario, se reflexionará sobre los acuerdos de San Andrés, que cumplieron en febrero pasado 15 años de haber sido firmados e igual tiempo de no haber sido cumplidos, motivo por el cual los pueblos decidieron como camino la construcción de la autonomía en los hechos.

La cita en Nurío este fin de semana se presenta como oportunidad para analizar y evaluar la trayectoria del CNI: Nuestro caminar y dónde nos encontramos, además del tema siempre presente de la liberación de la mujer en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

A la reunión de hace una década acudieron hombres y mujeres de 41 de los 56 pueblos indígenas de México. Un encuentro histórico nunca visto, en el que se volcaron cinco años de experiencia de caminar juntos dentro del CNI. Ésta fue una de las estaciones más importantes de la Marcha del color de la tierra en su camino hacia la ciudad de México a demandar el cumplimiento de los derechos y la cultura indígenas. El Nunca más un México sin nosotros se escuchó como nunca no sólo en el país, sino en todo el mundo. La posterior traición del conjunto de la clase política que dio la espalda a las reivindicaciones de estos pueblos, naciones y tribus, explica los pasos que siguió el movimiento en los siguientes 10 años.

Las actuales amenazas de despojo a los territorios indígenas han marcado las reuniones anteriores del CNI, tanto en Bancos de San Hipólito, Durango, como en Mezcala, Jalisco: minas, carreteras, programas turísticos, puentes, planes inmobiliarios, represas, tiendas, agronegocios y producción de energía eólica, son sólo algunos de los proyectos nacionales y trasnacionales que se pretenden o ya se llevan a cabo en sus territorios. La respuesta no es la inmovilidad, sino la autonomía y la organización colectiva desde abajo.

En el histórico tercer CNI las palabras de uno de los participantes fueron: Con todo este cargamento repetitivo de penalidades crónicas que tanto hieren a los verdaderos dueños de este continente, estamos aquí. Para unir hechos, no palabras, y hacernos un solo grupo y un solo pensamiento, impulsados por los que ansían una libertad pronta y verdadera, un reparto equitativo de la riqueza y de la justicia, en los nuevos tiempos. Hoy podrían repetir lo mismo, pues, señalan, se trata de reafirmar el horizonte de lucha que nos hemos trazado.