Washington, 3 de marzo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que su país analiza, en conjunto con la comunidad internacional, todas las opciones para superar el conflicto que se vive en Libia, ante las necesidades humanitarias urgentes y el sufrimiento que enfrenta ese pueblo. Estamos enviando un mensaje claro: la violencia debe detenerse. Muammar Kadafi ha perdido la legitimidad para liderar y debe irse. Y los que llevan a cabo actos de violencia contra el pueblo libio, serán responsables de sus acciones.

En un mensaje a medios luego de su encuentro con el presidente de México, Felipe Calderón, celebrado en la Casa Blanca, Obama dijo que Estados Unidos está ayudando a liderar una fuerza internacional para disuadir cualquier violencia posterior, y también para establecer sanciones sin precedente para hacer responsable al gobierno de Kadafi y apoyar al pueblo libio, cuyas aspiraciones de libertad, la democracia y la dignidad deben cumplirse.

A pregunta expresa sobre la posibilidad de una intervención militar en Libia, Obama, si bien no fue explícito en mencionar esta alternativa, sí refirió que se analizan todas las opciones posibles. En este contexto, el mandatario estadunidense indicó, insistentemente, que estas valoraciones se realizan en conjunto con la comunidad internacional y aludió expresamente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, para adoptar respuestas concretas.

Más adelante subrayó que los colaboradores de Kadafi deben tener claro que todas las acciones que realicen en función de las instrucciones que reciban, tendrán en su momento las sanciones que correspondan por las medidas de represalia en contra del pueblo de Libia. En este sentido, Obama fue enfático en que no hay otra ruta de solución al conflicto en ese país que la salida de Kadafi del poder, porque carece de legitimidad para ejercerlo.

Obama sostuvo: me parece que es muy importante que lo hagamos en consulta con la comunidad internacional. El éxito en Egipto fue la propiedad que sintió el pueblo egipcio por esta transformación que se vivió. Ha servido bien a este pueblo y ha servido también a los intereses de Estados Unidos. No vimos sentimientos antiestadunideses como resultado del movimiento en Egipto, porque sintieron que no habíamos tratado de imponer un resultado, sino que es decisión de ellos, lo mismo se ha dado en Túnez y creo que la región va a seguir esto de cerca para ver que estemos del lado correcto de la historia.

Por su parte, Calderón salió a respaldar la posición estadunidense, al fijar la postura mexicana: reconocer y aplaudir el liderazgo del presidente Obama en buscar solución acorde con el derecho internacional en este tema. Para México es absolutamente claro, no se puede permitir impunemente que se masacre a una población civil con el uso, además no sólo de la fuerza públicas, sino de aviación, de armas de uso exclusivo  de guerra.

Sostuvo que se requiere de un gran esfuerzo internacional para detener o evitar esta masacre, por lo que subrayó que México ha presentado una iniciativa en el seno de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, tras la cual ha sido sancionado y expulsado Libia de tal comisión y, obviamente, estamos participando, en la medida de nuestras posibilidades, en la búsqueda de una solución.

El mandatario mexicano fue enfático en exaltar la política estadunidense en la región sobre la base, dijo, de la necesidad de ponderar los valores de la democracia y los derechos humanos en cualquier parte del mundo, principios y valores que reconocemos y admiramos, presentes en la sociedad y en el gobierno estadunidense.