Ojo por ojo y diente por diente, filosofía de los halcones negros
Jueves 3 de marzo de 2011, p. 36
Moscú, 2 de marzo. La entrada en acción de los halcones negros –grupo paramilitar que se propone combatir en Kabardino-Balkaria la violencia de los islamitas radicales y separatistas con levantamientos, ejecuciones extrajudiciales y otras medidas al margen de la ley– tiene, al menos, una triple explicación.
En primer lugar, significa que la situación en esa república derivó ya en un nuevo foco de tensión en el Cáucaso del Norte, convulsa región donde la alianza entre islamitas radicales y separatistas, que buscan crear un emirato independiente, es una realidad. Atentados suicidas, emboscadas e incursiones lo recuerdan todos los días.
Kabardino-Balkaria, hasta hace poco bajo control, más allá de los esporádicos pero significativos brotes de violencia de unos años para acá, se pone en un mismo nivel de preocupación, para el Kremlin, que Chechenia, Daguestán, Ingushetia y Osetia del Norte.
Significa también que una parte de la sociedad kabardina y balkaria –al apostar por el bíblico ojo por ojo y diente por diente– está harta de la inoperancia de las fuerzas de la seguridad del Estado y quiere hacer justicia por su propia mano, guiada sólo por el ánimo de venganza. Ahí la venganza de sangre es una tradición de siglos.
Y por último, dependiendo de cómo evolucionen las cosas en los próximos meses, la aparición de los halcones negros podría ser la antesala de una guerra civil en Kabardino-Balkaria.
En una inusual entrevista al canal ruso RenTV, un enmascarado que se dijo líder de este grupo paramilitar advirtió: No creo en que hay que poner la otra mejilla cuando te dan un golpe. A los golpes respondo con golpes, así me educaron mis padres. Porque si hoy le perdono un golpe en la cara, mañana vendrá a mi casa, matará a mi hijo y violará a mi mujer. Somos un pueblo pacífico, pero nos obligan a combatir
.
Los halcones negros, en un mensaje grabado y difundido en Internet, juraron estar listos para responder con terror al terror
y aniquilar a los rebeldes, así como a castigar a las familias de éstos.
Poco después, las casas de los padres de Astemir Mamishev y Azparuj Shamayev, islamitas radicales contra quienes pesa una orden federal de búsqueda y captura, sufrieron ataques con granadas por la madrugada.