La Paz, 28 de febrero. El presidente de Bolivia, Evo Morales, prometió este lunes viviendas y dispuso alimentos y abrigo para los entre 4 mil y 5 mil damnificados que dejó el deslizamiento de toneladas de tierra de una cadena de serranías en la ladera este de La Paz, a causa de la intensas lluvias de los últimos días.

Este tema del deslizamiento es como un terremoto, dijo Morales tras reunirse de emergencia para coordinar labores con los alcaldes de las ciudades de La Paz y de su vecina El Alto, con el gobernador de La Paz y con los congresistas y concejales de esta ciudad, sede del Ejecutivo boliviano.

Durante una visita a la zona de desastre, Morales calificó la situación de gravísima y aseguró que el gobierno nacional va a entregar casas, en suelos estables, a las familias que se quedaron sin hogar.

Luego de reunirse con sus ministros, el mandatario ordenó a su gabinete desplazarse por los lugares del siniestro, y demandó la dotación de alimento a los damnificados, como primera medida contingente.

El jefe de Estado, que se quejó, sin embargo, por la falta de terrenos urbanizados en La Paz para construir complejos de viviendas en beneficio de otros afectados por deslizamientos de menor envergadura en 2009 y 2010, comprometió también la ayuda del Estado para aliviar las aflicciones de quienes contrajeron créditos en la banca nacional y la madrugada del domingo se quedaron sin casa.

Además de disponer alimentos y vestido para los damnificados, también ordenó a los ministros de Defensa, Sacha Llorenti, y de Gobierno, Rubén Saavedra, que garanticen la seguridad en al zona de desastre ante la eventual acción de saqueadores.

Es un desastre de gran magnitud; según los datos históricos se trata del desastre más grande que haya ocurrido en la ciudad tanto en términos de personas como de superficie, dijo el alcalde de La Paz, Luis Revilla, quien encabeza las tareas de rescate en el lugar.

La Paz sufrió un megadeslizamiento, resultado de la activación súbita de un movimiento geodinámico que data de 1930, en una superficie de entre 80 y cien hectáreas, añadió el alcalde Revilla, al informar sobre lo ocurrido en alrededor de ocho barriadas, en especial en Valle de las Flores. Estos barrios son asentamientos precarios ubicados en una colina que rodea la zona este de la capital.

Al menos 800 viviendas resultaron afectadas, 250 de las cuales se encuentran totalmente destruidas, añadió Revilla, quien encabeza las tareas de rescate y definió la situación como desastre de gran magnitud.

El sábado pasado llovió todo el día. En la noche comenzó a rugir la montaña. Asustados salimos de la casa y en la calle había mucha gente que gritaba. Luego se hundió la tierra y las casas se caían una tras otra, relató Zenobio López, uno de los afectados.

Las intensas lluvias de las últimas semanas han provocado desbordamientos de ríos, inundaciones y la pérdida de plantaciones y ganado, además de dejar 5 mil personas afectadas y al menos 20 muertos en todo el país, según estimaciones de las autoridades.