El legislador capitalino del PRI, Cristian Vargas volvió ayer a hacer de las suyas en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, donde lo mismo jaló con funcionarios delegacionales que con diputados del PRD.

Durante la comparecencia del delegado en Magdalena Contreras, Eduardo Hernández, el priísta le aclaró: ahora sí me vine con un casco y un tolete y todo preparado para la madriza, porque hace un año, explicó, gente de esa demarcación me correteó y me mentó la madre. Asimismo, retó a golpes al director de Comunicación Social delegacional, Samuel Bedolla, quien le reclamó que en aquella ocasión se mostró muy rudo (...), a ver si ahora sí se avienta al tú por tú.

Más adelante, el perredista Armando Jiménez acusó a Vargas de romper vidrios, tirar puertas, arrebatar bicicletas y hacer el trabajo sucio, lo que molestó a éste, quien rechazó la aseveración y espetó: yo no ando de lamehuevos.

Previamente había comparecido la titular en Iztapalapa, Clara Brugada, quien como su homólogo en Magdalena Contreras dio su informe del trabajo; sin embargo, ambos pasaron a segundo plano, ya que todo se concentró en las confrontaciones verbales del priísta, quien no dejó de lanzar acusaciones contra la jefa delegacional hasta que Víctor Varela, del PRD, se refirió a Guillermina de la Torre, del PRI, como la jefa de una de las peores mafias del Distrito Federal, lo que hizo estallar la cólera de Vargas, quien exigió respeto para la líder priísta. Gritó: no diga estupideces y retó a denunciarla ante la autoridad, si tiene pruebas de sus dichos.

En su intervención, Brugada rechazó que haya subejercicios presupuestales; aclaró que Iztapalapa es la delegación más avanzada en el ejercicio de presupuesto participativo, y resaltó que la incidencia delictiva muestra que va a la baja.

A diferencia de otros años, afuera del recinto de Donceles y Allende no hubo simpatizantes ni opositores de los delegados.