Pumas y Chicharito, grata realidad
El ocaso del Bofo
umas y Chicharito Hernández –para bien del futbol mexicano y beneplácito de los aficionados–, son una realidad. Una grata realidad.
Da gusto ver a los auriazules, cerca de la mitad del torneo, no sólo en el liderato general y como únicos invictos, sino con un buen futbol y regresando a la esencia que los llevó a dominar un tiempo el balompié nacional: la oportunidad a los jóvenes.
Chivas y Atlas, tal vez hasta el propio Cruz Azul, habían superado al equipo de la UNAM en calidad y cantidad. Pero que resurja la cantera universitaria es una buena nueva y un ejemplo a seguir.
Tal vez el éxito de este Pumas se deba a que la mayoría del plantel es netamente de casa: todos sienten la playera. Hay tres extranjeros, pero el equipo sólo depende de Darío Verón y Martín Bravo, porque a Dante López lo caracteriza la lucha, pero no la clase: es un elemento prescindible. Ayer Estudiantes fue un equipo tan frágil, que hasta el mismo paraguayo pudo anotar.
Al ver los buenos resultados que está dando Guillermo Vázquez es más difícil entender la decisión de Santos de dar la dirección técnica a Diego Cocca. Mucho tiene que demostrar el argentino para justificar su contratación, pero en cinco días ya suma dos derrotas.
Por su parte, Chicharito Hernández sigue destacando afuera y dentro de la cancha. En el exterior será la imagen de uno de los productos de la máxima compañía refresquera a escala mundial –elegido sobre el icono Wayne Rooney– y en el terreno de juego logró su segundo doblete en la Liga Premier, con esos movimientos veloces y sorpresivos que lo caracterizan, jugando al límite del fuera de lugar que lo dejan en posición inmejorable ante el marco rival.
Cada vez son más los aficionados mexicanos que gustan del campeonato inglés y del Manchester United, y el jugador mexicano no decepciona.
Después de golear a Pachuca, Chivas perdió ante unos Jaguares que sumaban cinco caídas al hilo y le salvaron la chamba al estudioso profesor José Guadalupe Cruz.
No luce muy preocupante la segunda caída del Guadalajara en el torneo, sobre todo porque el supuesto heredero del Chicharito, Erick Cubo Torres, tuvo una buena participación y si no anotó fue por los lances espectaculares del arquero Jorge Villalpando.
El único mal irremediable del Guadalajara es el Bofo Bautista. El conjunto chiapaneco se disfrazó de Jorge Vergara y advirtió que iban a abofotear al chiverío y lo logró, mientras el de Dolores Hidalgo salió abucheado y ya con la racha de un año sin anotar.
Así como Memo Vázquez luce con Pumas, otro técnico nacional, Sergio Bueno, demuestra que hay talento en los estrategas locales. A Daniel Brailovsky los Rayos lo aguantaron más de la cuenta, pero Bueno ya logró tres triunfos al hilo y puso a temblar a varios en la zona del descenso.
América y Toluca brindaron otro gran partido. No es un clásico, por supuesto, pero cada vez crece más la rivalidad entre ambas escuadras y ayer regalaron goles de buen nivel.
Las Águilas se repusieron de las caídas ante Argentinos Juniors, Morelia y Necaxa, mientras los Diablos Rojos de Sergio Lugo sumaron su tercer fracaso al hilo –incluida su derrota ante Monterrey en la Concachampions–, algo impensable para el cuadro escarlata.
Sorprendieron las declaraciones de Tomás Boy, de que jamás dirigiría a Pumas y que le gustaría ser técnico del América, pero pareció definir bien a José Luis Sánchez Solá, a quien lo llamó Og Mandino, porque es un vendedor fabuloso y sus equipos nada juegan. Si no cumplió su promesa de renunciar en fechas pasadas, el Chelís Mandino tiene la soga al cuello con seis derrotas en ocho partidos.
