Más de 50 agentes pertenecientes a las agencias de Aduanas e Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés), Antidrogas (DEA) y Federal de Investigación (FBI) participan en el grupo binacional que investiga el ataque contra dos agentes estadunidenses, ocurrido el pasado martes en el estado de San Luis Potosí, en el cual uno de ellos perdió la vida.

Funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) señalaron que los estadunidenses trabajan en coordinación con las autoridades mexicanas mediante lo que se conoce como operación espejo, es decir, las actuaciones que realicen los peritos, elementos de la Policía Federal Ministerial y los agentes del Ministerio Público que llevan el caso tienen la obligación de notificarlas al resto de los integrantes del grupo.

Aunque se ha dicho oficialmente que los agentes de Estados Unidos no intervienen en las acciones de las autoridades mexicanas, funcionarios del gobierno federal refirieron que los estadunidenses observan las actuaciones y generan sus propios informes a partir de los resultados o detalles que obtiene el personal de la PGR.

De acuerdo con la información recabada, los agentes extranjeros trabajan directamente con personal de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), que se hizo cargo de las indagatorias del ataque en el que murió el agente Jaime Zapata, quien había realizado indagatorias vinculadas con el tráfico de personas que impactaba a la zona de Texas, desde los estados de Nuevo León y Tamaulipas.

El pasado martes, Jaime Zapata y su compañero Víctor Ávila –quien resultó con heridas de bala en las piernas– viajaban al filo de las 15 horas a bordo de una camioneta blindada con placas diplomáticas, cuando fueron atacados a balazos en el kilómetro 57 de la carretera de San Luis a Monterrey.