Park City, Utah, 29 de enero. La desesperanza de jóvenes mexicanos despreciados por las autoridades y abandonados por padres, ausentes u ocupados, es el tema de una poderosa película presentada en el festival de Sundance, realizada por la joven cineasta Iria Gómez, quien hizo un llamado a un profundo cambio social en su país.

La realizadora de 31 años describe la cotidianidad de cuatro adolescentes de la colonia Guerrero, en la ciudad de México, más preocupados por fumar mariguana que por estudiar, y sin más futuro que la calle.

Unidos por una fuerte amistad y disgustados con sus vidas mediocres, Negus, Chale, Sapo y Chata deciden robar un cine de su barrio, con la ilusión de que con los bolsillos llenos tendrán una vida mejor.

Me parece que una problemática social hoy en México y el resto de América Latina es el abandono de nuestros jóvenes, quienes no tienen realmente un espacio donde estar, donde ser, donde estudiar, trabajar, dijo la cineasta en el certamen.

Es una realidad que no podemos negar. Como sociedades, como público tendremos que hacernos responsables de ella, agregó Gómez Concheiro.

Pese a este panorama sombrío, la directora quería que esta historia dramática sucediera en un contexto colorido y alegre, porque creo que es lo que sucede en el DF, apuntó.

Hay un contraste muy fuerte entre la cultura mexicana, en términos estéticos y gráficos, y lo que le sucede a nuestra población en términos sociales y políticos, dijo sobre su película, ambientada en un contexto colorido de mercados, murales y casas típicas.

Mediante estos cuatro adolescentes –la mayoría educados por su madre, sin otro referente masculino que un policía corrupto o los delincuentes del barrio–, la cineasta también quiso tocar una realidad social y familiar.

Es un fenómeno que ocurre mucho en México, primero por la emigración: los hombres se van a Estados Unidos a trabajar para mantener a su familia; también por el abandono de hogar, que sucede mucho, y las mujeres se quedan a cargo de sus hijos, dijo al referirse a gran parte de la juventud.

Al mencionar la violencia callejera, Gómez Concheiro apunta que los hombres pueden estar metidos en peleas y ser asesinados, o estar en la cárcel por algún delito. Entonces es muy común que en México nos encontremos familias que son sostenidas por las mujeres; evidentemente, son familias fragmentadas, rotas.

No obstante, la relación entre estos jóvenes y sus madres posee una carga de cierta ternura.

Aunque un asalto al cine da nombre a la película, yo no pretendía hacer una cinta de robo. Este, en realidad, es como un gran pretexto para mostrar que, hagas lo que hagas, la problemática está fuera de sus manos: no es dinero lo que va a resolver sus problemas; no es un asalto. La única resolución posible seria es un cambio social muy profundo, concluyó la directora.

Asimismo, un documental edificante, realizado por una abogada, revela en Sundance cómo las grandes empresas estadunidenses gastan millones de dólares para obstruir el acceso de los ciudadanos a los tribunales, limitar las condenas o influir en los jueces.

Corrupción en EU

Café caliente –en referencia al célebre caso en el cual McDonald’s fue condenado a pagar más de 2.8 millones de dólares a una mujer que se quemó con café hirviente–, primer documental de Susan Saladoff, compite en el festival.

Abogada desde hace 25 años, Saladoff muestra de forma clara y didáctica cómo las grandes corporaciones se pusieron en pie de guerra tras el proceso contra McDonald’s, en 1994, para hacer aprobar con éxito leyes que limitan las demandas.

Para poner freno a la justicia de lotería y a la lotería legal –términos difundidos por sus grupos de presión, según la realizadora– las empresas quieren que los ciudadanos abandonen su derecho a la justicia para tener mayores beneficios, dijo.

Con campañas millonarias, dijo, los grandes grupos han logrado obtener también un tope a los daños e intereses en condenas, quitando a los jurados populares el derecho a determinar el monto de las indemnizaciones.