Mensaje como tal, no hay, lanzó Rafael Rangel acerca de su película El principio de la espiral (2009). Lo que le interesaba era alejarse de los parámetros establecidos por el cine comercial.

Paulo Rique, coguionista, completó: La narrativa estaba más comprometida con la expresión que con dar un mensaje.

La cinta, sórdida y oscura, presenta la historia de Jerónimo (Ramiro Guerrero y Germán Valdés), un joven que intenta suicidarse y mata a sus padres. Estos –aclaró Rangel– son actos simbólicos: La gran mayoría de los hechos es simbólica: el suicidio, la muerte. Dijo que estaba mal que lo dijera, porque había que dejar espacio al misterio, pero que lo guiaba la creencia de que tenemos que liberarnos del pasado para ser uno mismo.

En la película, algunas partes habladas no se entienden. Es parte de la propuesta, explicó Rangel. Gracias al videoclip, se ha asumido la imagen guarra como propuesta. Él quería llevarlo al audio. Además de reflejar la vida misma: “Como sucede en la realidad, que se dice: ‘repítemelo, no escuché’”.

–Pero, ¿por qué? –insistió el reportero.

–Es parte de la propuesta. Un poco irracional, desvergonzado, irresponsable.

En una ocasión, Rangel dijo, en entrevista con la revista Rolling Stone que el rodaje es tedioso, ordinario y vulgar, es el precio a pagar, y que “ojalá pronto la tecnología desarrolle un ‘chupón’ que, pegado a la frente del autor, plasme en el disco duro las imágenes generadas en el pensamiento del creador, para evitar el rodaje”.

El filme se gestó hace unos siete u ocho años, a partir de un taller del guionista y director Xavier Robles (Rojo amanecer). Se filmó hace unos cuatro años, en el Distrito Federal, el estado de México y Veracruz.

Uno de los temas de la película es la locura; al respecto, Rangel contó que tiene un hermano que ha estado en un hospital siquiátrico.

Amor por la sordidez

La cinta debe su nombre a que es el recorrido mental del personaje, dijo el director.

A la conferencia asistieron algunos de los participantes del rodaje, esa cosa tediosa, ordinaria y vulgar, entre ellos León Nik (fotografía) y los actores Carmen Beato, Germán Valdés (nieto de Tin Tan), Francesca Guillén y Julio Bracho (quien aparece por instantes).

Tengo cierto amor por la sordidez, bromeó Beato, respecto de que hizo de madre de caníbales en Somos lo que hay, y en esta interpreta a una madre de locos.

Guillén contó que tuvo un tío esquizofrénico, quien ya murió. Lo viví de niña. Era brillante, pero sin capacidad de integrar toda la información. Le gustó que la cinta tuviera que ver con la forma de ser de los mexicanos. Tiene una sordidez en la que sí creo. Como mexicana puedo ver esos personajes.

Guillén actualmente trabaja en Lluna, dirigida por Aarón Hernández, y Quitar el uso de la voz por dárselo al corazón, de Ofelia Medina. A mediados de año participará en la filmación de La ofrenda: diario de un hombre muerto, de Paulo Rique, coguionista de El principio de la espiral. También será la chica Playboy de la edición de marzo. La sesión fotográfica fue en Palenque, y Hermann Bellinghausen, de La Jornada, la entrevistó.

Para León Nik, filmar la cinta fue como enfrentarse a un ser vivo, por el uso de la luz natural, de los faros de los coches para iluminar las calles.

Rangel filmó con un presupuesto que aseguró no saber el monto. El hecho de que haya una sola copia es parte de la postura, dijo. Nunca tocamos la puerta de un distribuidor. Creemos que la Cineteca es el lugar natural para este cine, así como pequeños foros. Conforme se vayan necesitando se irán haciendo copias. El filme salió primero en devedé.

El principio de la espiral estará en el festival de cine de Turín, Italia, en abril.

Ahora, el director trabaja en la ficción Christus, que estuvo filmando en la pasada representación de la Pasión en Iztapalapa.

El principio de la espiral (en HDV) se exhibe en la Cineteca Nacional.