Al reunirse con la comunidad libanesa, el presidente Felipe Calderón expresó que México está llamado a hacer grandes cosas. Ese país en el que muchos soñamos; yo sueño con ese México que vendrá, va a ser una nación próspera, un México seguro, mucho más igualitario, mucho más justo, donde ningún mexicano vivirá en la pobreza extrema, absoluta, en la miseria. Ese México es posible. Puede estar lejos aún, pero sí es posible.

Durante una comida efectuada en el Centro Libanés, Calderón expuso a miembros connotados de esa comunidad, como los empresarios Carlos Slim, Anuar Name y José Abed, lo que reivindicó como logros económicos y sociales de su gobierno. En ese contexto aludió a la liquidación de la empresa Luz y Fuerza del Centro, la cual era una pelota, una papa caliente que se venía empujando, ahora sí que de presidente en presidente, y que ya tenía que ser resuelta.

Aseguró que tras la liquidación de la empresa, la Comisión Federal de Electricidad ha generado casi 700 mil nuevos contratos con gente que no tenía luz o no estaba formalizada con el servicio; más bien se arreglaba quién sabe de qué manera; empresas que tenían que poner su plantita de diesel, centros comerciales completos. Había un verdadero cuello de botella.

Calderón se refirió también a su política en materia de seguridad y el combate al crimen organizado, que consideró un compromiso vital, pues era uno de los problemas más graves que encontró al tomar posesión. Dijo que su gobierno no iba a permitir, ni permitirá, que México quede en manos de criminales, pues la mayoría de la sociedad quiere superar este problema.

De nueva cuenta se refirió a la captura o fallecimiento de 20 de los 37 principales dirigentes de los cárteles del narcotráfico, a quienes definió como “capos, di tuti i capi”. Recordó que en su anterior reunión con la comunidad libanesa, en junio de 2009, la Procuraduría General de la República había hecho público su programa de recompensas, que enumeraba a los 37 líderes, ofreciendo que su gobierno va por toda la lista.

El Presidente planteó los indicadores que dan cuenta de lo que llamó el buen rumbo de la economía; entre ellos se refirió a la inflación, sobre la cual mencionó que la cifra oficial en lo que va de enero es de 0.17 por ciento, lo que supone que, de continuar esa tendencia, la inflación anual se ubicaría en menos de 4 por ciento.

Sostuvo que el empleo se ha recuperado, aunque reconoció que falta mucho por hacer en esta materia y subrayó que las proyecciones de crecimiento de algunas firmas especializadas estiman un crecimiento de 5 por ciento para 2011.

El presidente del Consejo Directivo del Centro Libanés, Napoleón Fillat, dijo por su parte que Calderón había emprendido su lucha contra la inseguridad para evitar los riesgos a la integridad física y patrimonial de la sociedad, por lo que reconoció los esfuerzos gubernamentales.