Opinión
Ver día anteriorJueves 20 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

La CDHDF recomienda frenar la supervía

Falló la comunicación GDF-vecinos

Y

a no es un secreto, pero hoy por la mañana se hará oficial la recomendación con la que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal exigirá al gobierno de la ciudad que frene definitivamente las obras para la construcción de la llamada supervía poniente.

La recomendación no puede, por sí sola, parar los trabajos, pero significa un severo cuestionamiento a uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de Marcelo Ebrard, quien se ha empeñado en concluir, pese a todo, ese supercamino que, se dice, aliviaría muchos de los males de traslado de la gente que vive por los rumbos del surponiente de la capital.

No obstante, un grupo de vecinos se opone, férreamente, al proyecto porque, aseguran, se afectará no nada más a los habitantes de aquella zona, sino a todo el Distrito Federal. Esto porque, argumentan, los mantos acuíferos en la zona por donde pasaría la obra, sufrirían un perjuicio que significaría escasez de agua para toda la gente del DF.

Para el gobierno central, el dicho de los especialistas que ha consultado el frente de vecinos que se opone a la obra no se apega a la verdad, dado que en el diseño de la obra se cuidó proteger esos mantos y todo el entorno ecológico, pero el grupo vecinal no tiene confianza en que la palabra del gobierno se cumpla.

A final de cuentas, como ya se ha dicho en este espacio, el problema, además de los ecológicos, contiene una buena dosis de operación política fallida por parte del GDF. Si bien es cierto que los trazos y los mapas del proyecto fueron escrupulosamente trazados, también es verdad que las líneas de comunicación con los vecinos no existieron.

Parecería que desde el inicio de los trabajos la opinión de los habitantes del lugar no resultaron importantes para el equipo encargado de ofrecer todas las seguridades a los vecinos, y como resulta en estos casos, el tiempo se encargó de ir arraigando rencores, y a estas alturas ni vecinos ni gobierno buscan una solución que beneficie a todos.

Por el contrario, por un lado, un grupo de habitantes de la zona manifestó con sus firmas su acuerdo para que la obra siga adelante, fueron, según el documento presentado, 22 mil personas, pero para los opositores esto no tiene valor dado que suponen que se trató de una maniobra de gobierno para presionar a la CDHDF, y que la exhortación que hoy se presentará fuera favorable al GDF.

Ayer, ya muy noche, en la misma comisión los vecinos pedían, además de la suspensión de la obra, que el gobierno les ofreciera una disculpa pública, y se buscaba un acuerdo para algo que llamaron reparación de los daños que han causado los trabajos.

Desde muy temprano los opositores se reunieron en la CDHDF para que se escucharan sus demandas y para que se fijaran los puntos principales de su queja. De ahora en adelante el asunto se pondrá más difícil para los dos bandos, y no estaría nada mal que un tercero, calificado, pudiera establecer tanto la necesidad de la obra y la seguridad de que la ecología será respetada, como también revisar hasta dónde las versiones vecinales tienen razón. Tal vez por ahí se podría tender un buen puente entre los dos.

De pasadita

Para el panista Obdulio Ávila la ayuda que presta el Gobierno del Distrito Federal a los capitalinos que trabajan en Estados Unidos es un gasto inútil que no se justifica. Es sin duda la forma de pensar de los azules, que si siguen en ese tenor muy pronto pedirán a las autoridades de aquel país que expulsen a todos los connacionales. Total, si los regresan la guerra de Felipe Calderón, su líder, tendrá más pasto para arder. ¿De eso se trata?