Juan Pablo Sánchez, el recién doctorado matador aguascalentense, de escasos 18 años de edad, bañó ayer a Sebastián Castella en la Monumental de Mérida, al cortarle dos orejas al sexto de la tarde, en justo reconocimiento a un faenón de muleta que coronó con un volapié en todo lo alto.

La gente, que llenó la plaza casi en su totalidad, se le entregó al tercer espada de un cartel conformado además por Eulalio López El Zotoluco y un cumplidor y bien presentado encierro de Bernaldo de Quiroz, que a lo largo de la semana concitó a numerosos aficionados en los corrales del histórico embudo, en donde Manolete toreó por última vez en tierras de América hace más de 60 años.

Aunque el público llegó a las taquillas atraído por el imán de Castella, salió hablando del joven Sánchez, quien había pasado en blanco ante su primer enemigo, un toro inválido que el juez se negó a cambiar. El rumiante padecía una lesión que sufrió cuando las reses fueron desembarcadas el martes, y protagonizaron una tremenda pelea, en la que uno de los ocho ejemplares procedentes del campo bravo de Querétaro murió cosido a cornadas por sus congéneres.

Pero ante el segundo de su lote, Juan Pablo Sánchez –que tomó la alternativa hace apenas unos meses en Francia, con Enrique Ponce de padrino y Castella de testigo– estructuró una enjundiosa faena, pródiga en muletazos por el pitón derecho, y puso a la gente de pie. Tras el estoconazo, en la cruz, como manda el cánon, brotaron los pañuelos y el juez otorgó atinadamente las dos orejas.

El Zotoluco, que dentro de dos domingos toreará en la México la corrida número mil de su carrera, estuvo en términos generales bien en sus dos turnos, pero mató de un sartenazo al primero del festejo, perdiendo la orejita que algunos solicitaban, y aprovechó la suavidad del que salió del cuarto cajón para cortar finalmente un apéndice auditivo.

Elegante, vertical, poderoso y pasándose los pitones tan cerca como siempre, Castella volvió a fallar con el acero ante el segundo y el quinto, pero acicateado por la hazaña de Juan Pablo regaló al único sobrero de Bernaldo, con el que gracias a un estocada trasera fue premiado también con una oreja.

Entre la afición yucateca ha sido recibida con entusiasmo la noticia de que Lupita López tomará la alternativa en la México el próximo 27 de febrero, de manos de otra torera, en ceremonia que atestiguará, también vestida de luces, la michoacana Hilda Tenorio.