Ante la presión heredada en América por sus antecedentes y la falta de títulos, el refuerzo Nicolás Olivera pidió a la afición tranquilidad y confianza.

Señaló que nunca habla de los árbitros y se abocó a comentar que todos en el futbol pueden tener días buenos y malos, y el domingo le tocó a las Águilas que le anularan dos goles, por lo cual podría manifestarme claramente, pero creo que el presidente (Michel Bauer) ya lo hizo.

Pero llamó a la serenidad: Quiero ofrecer la mayor tranquilidad al silbante que nos toque, sabiendo de antemano que hará su trabajo de la mejor forma. Nosotros no buscamos que nos vaya a beneficiar; queremos justicia, un arbitraje justo y necesario para cada partido.

Por otro lado, el mediocampista uruguayo lamentó que el equipo no contará con Vicente Sánchez ante Jaguares, por una lesión en el muslo derecho que sufrió en la práctica de ayer, aunque el representante de prensa del club descartó la baja.

En definitiva lo que buscamos es ganar. A la gente no podemos convencerla simplemente con palabras, sino con hechos, y estos son ganar los partidos los fines de semana, afirmó Olivera en conferencia de prensa en Coapa, donde se refirió al mal inicio de las Águilas en el torneo, tras caer ante Pachuca el pasado domingo en el estadio Azteca.

“Que (la afición) tenga calma, tranquilidad. Obviamente no me gusta que en mi campo alienten al equipo rival. Entonces debo trabajar y entrenar más, estar convencido de lo que uno hace.

A la gente, de una forma u otra, hay que decirle que aguante un poco, que tenga confianza en el equipo, que no mire tanto el pasado, sino el presente, lo que se hace, que se está haciendo bien y así seguirá, más allá de la primera derrota.

El volante, quien jugó en el balompié español y en el Puebla, reflexionó sobre la presión que pudiera experimentar en su nuevo club: “Viéndolo un poquito de afuera, en un equipo como América que hace tiempo no gana un título, año tras año se van renovando las aspiraciones y también las exigencias.

Ahora que a mí me ha tocado estar adentro sí se siente un poquito la desesperación en cualquier momento de tener un mal partido, a lo mejor de no ganar o no jugar bien, (lo que) también ya es una incomodidad. El plantel tiene que jugar bien, pero lo importante son los tres puntos.