Beirut, 12 de enero. El gobierno de Líbano prácticamente se derrumbó con la renuncia de 11 ministros del movimiento chiíta Hezbollah y sus aliados, por falta de acuerdo entre bloques rivales sobre el juicio internacional en La Haya en torno al asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, ocurrido en 2005.

La renuncia es consecuencia de una disputa con el primer ministro libanés, Saad Hariri, por no distanciarse del tribunal de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que inculpa a Hezbollah del asesinato de Rafiq Hariri.

El ministro de gobierno cristiano Gebran Bassill precisó que Saad Hariri rechazó las peticiones para convocar urgente a un consejo de ministros a fin de abordar la petición de Hezbollah de que Líbano retire toda cooperación con el tribunal de La Haya.

Bassil hizo un llamado al presidente Michel Suleiman para que designe a un nuevo primer ministro, tras la prácticamente desintegración del gabinete, compuesto por 30 carteras.

La dimisión de los ministros coincidió con una reunión, en Washington, entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y Saad Hariri, quienes expresaron su determinación de lograr tanto la estabilidad como la justicia en Líbano, y coincidieron en que todas las partes deben evitar las amenazas o las acciones que puedan generar inestabilidad.

La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, de gira por la región del golfo Pérsico, aseguró en Doha que Hezbollah, con la renuncia de sus 11 ministros, intenta socavar la justicia y atentar contra la estabilidad de Líbano y su progreso.

Se espera que el tribunal de La Haya presente la acusación en el transcurso de este mes. En el texto, según informaciones previas, se nombrará a varios integrantes de Hezbollah como sospechosos del asesinato de Rafic Hariri.