Washington, 10 de enero. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, encabezó hoy un minuto de silencio en todo el país tras la matanza ocurrida el sábado pasado en Arizona, que dejó al menos seis muertos y 14 heridos, entre ellos la representante federal demócrata Gabrielle Giffords.

Evidentemente estamos muy apenados y conmocionados tras la tragedia, dijo Obama tras reunirse en el Salón Oval con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Antes de esta reunión, el mandatario y su esposa Michelle salieron por la puerta sur de la Casa Blanca y guardaron un minuto de silencio en el jardín de la residencia presidencial, mientras una campana repicaba.

El agresor Jared Lee Louhgner –a quien la secretaria de Estado, Hillary Clinton, calificó de extremista– compareció ante una corte de Arizona para enfrentar los cinco cargos que le fueron imputados: dos por asesinato y tres por tentativa de asesinato, todos de funcionarios federales, pues entre los muertos había un juez federal y un colaborador de Giffords. En breve se le imputarán más cargos por las otras víctimas mortales.

El joven de 22 años compareció con las manos esposadas ante una corte en Phoenix, sin declararse culpable. Le fue asignada como defensora de oficio la abogada Judy Clarke, quien ha representado a terroristas y asesinos como Theodore Kaczynski conocido como Unabomber; a Zacarias Moussaoui, convicto por su participación en los atentados del 11 de septiembre de 2001 y a Eric Rudolph, responsable de los bombazos en el parque olímpico de Atlanta en 1996.

Por lo pronto, el estado de salud de Gabrielle Giffords es crítico, reportaron los médicos que la atienden. Esta madrugada fue sometida a una tomografía.

Michael Lemole Jr., jefe de neurocirugía del Centro Médico Universitario en Tucson, informó que la inflamación cerebral permanece como uno de los grandes riesgos que enfrenta.

Los médicos removieron casi la mitad del cráneo de la legisladora el sábado para aliviar la inflamación, que no ha bajado en las últimas horas.