Viernes 7 de enero de 2011, p. 24
Ante un escenario positivo por el aumento de los precios en los mercados internacionales, la mayoría del medio millón de productores de café mexicanos verán frenadas sus esperanzas de obtener mejores ingresos si no se efectúa un cambio en la política para el grano.
Consideran que éste es el momento para reconstruir y reorganizar al campo cafetalero
. Denunciaron que algunos legislado
El fondo se ha convertido en un asidero para los campesinos, quienes –aseguran– son presa del coyotaje y el intermediarismo. Ahora tendrán que ajustarse también a la restructuración de programas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación ya que de los 10 programas para impulsar este cultivo quedarán cinco, dos más están relacionados con ferias y sistemas de información.
Presiones de Nestlé
El cultivo desarrollado en 680 mil hectáreas distribuidas en 56 regiones de 391 municipios de 12 estados del país, genera 12 millones de jornales e ingresos por 500 millones de dólares anuales; de él dependen 3 millones de personas y se consumen 400 mil millones de tazas de café en el mundo. Y aunque existen más de 70 especies de cafetos, sólo una decena son las más conocidas y de ellas el arábigo representa 70 por ciento de la producción mundial, seguido del robusta o canéfora, utilizado principalmente para el café soluble.
Javier Galván, gerente general de Mi primer café, marca que promueven los caficultores de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), explicó que los recursos asignados para fomentar la producción del grano en 2011 son bajos, incluso los directivos de la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (Amecafé) estaban inquietos porque sus recursos de operación de redujeron en 60 por ciento. La cafeticultura sigue dependiendo de las ganas de Sagarpa de atender al sector; ahora su justificación es que los precio internacionales son elevados
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Respecto a la insistencia del gobierno de promover la producción de café robusta –al que se le asignó un presupuesto de 30 millones de pesos–, Galván, al igual que la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, asienta que continuará la batalla, pues ello responde a presiones de Nestlé.