Con el doble de elementos policiacos del lunes empezó obra del Metrobús en Etiopía
Nuevo fracaso del representante del gobierno capitalino al intentar negociar con inconformes
Sólo fue una medida distractora para poder comenzar la construcción del retorno, consideran
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 26
El emplazamiento al diálogo no prosperó. Mientras el director de Concertación Política del Gobierno del Distrito Federal, Martín Juárez, planteaba comenzar una negociación con vecinos de la colonia Narvarte, las máquinas reanudaron los trabajos para la construcción del área de regulación de la línea 3 del Metrobús en Diagonal San Antonio.
Lo que el funcionario llamó la voluntad del gobierno a dialogar
, para los vecinos fue una medida de distracción para empezar los trabajos, porque mientras se prestaba atención al funcionario, se daba la orden para empezar la obra.
La apuesta del gobierno por mantener una negociación hasta el último momento
resultó contradictoria para los vecinos por la presenca de 600 elementos de seguridad apostados en la zona, entre integrantes del cuerpo de granaderos, del grupo metropolitano y de la policía ambiental.
La presencia policiaca fue justificada por Juárez porque se trataba de un resguardo preventivo
de la maquinaria”. Sin embargo, a decir de Mireya Salas, representante de los vecinos, fue una abierta presión para acallar el movimiento porque no se puede negociar con una navaja en las costillas
.
La alternativa del Gobierno del Distrito Federal sólo planteaba una salida: realizar la obra y que los vecinos aceptaran 11 puntos, entre ellos incentivos fiscales y reparación de la infraestructura urbana.
El rechazo se hizo evidente con los reclamos a Martín Juárez, quien una vez más tuvo que salir custodiado de la zona de conflicto por el enojo de los vecinos.
Minutos antes de las 10 horas la fuerza pública se había duplicado, en comparación con la que se mantuvo el pasado lunes. La llegada de los cuerpos de seguridad provocó nuevamente roces con los vecinos. Con los brazos entrelazados impidieron la avanzada, pero sus esfuerzos fueron inútiles, pues los uniformados superaban en mucho. Al final los contingentes policiacos cercaron la zona de obras.
La frustración y el desconcierto de algunos residentes dividió el movimiento vecinal. Un grupo quería enfrentar a la fuerza pública y otros dieron por perdida la batalla. Fue hasta el derribo de la carpa que sirvió de campamento durante 20 días cuando los vecinos aceptaron: Narvarte luchó, pero el autoritarismo los venció
.
Al final los vecinos se replegaron en la banqueta con cartulinas en las que se leían consignas contra el gobierno de Marcelo Ebrard Casaubon.