Problemas económicos, familiares o sentimentales, así como sufrir alguna enfermedad grave llevaron a 24 personas a suicidarse en las instalaciones del Metro este año, es decir, una cada 10 días, en promedio. Otras 40 fueron rescatadas, gracias al monitoreo de las cámaras de video vigilancia y atención oportuna de los empleados de seguridad y policía auxiliar, informó Francisco Bojórquez Hernández, director del Sistema de Transporte Colectivo (STC).

Sin embargo, el número de personas que alcanzaron su propósito es menor al registrado en los tres años anteriores, cuando sumaron 30 en cada periodo. Esperamos que no crezca en estas semanas, pues las condiciones por las que atraviesan no son para menos y es la única salida que tienen, de acuerdo con algunos mensajes póstumos que traen consigo, comentó.

Bojórquez dijo que se va a redoblar la vigilancia con 150 policías de tren y andén, quienes se concentran en las estaciones con mayor incidencia de suicidios, principalmente de Pino Suárez a Taxqueña, de la línea 2; de Indios Verdes a Ciudad Universitaria, de la 3; de Pantitlán a Politécnico, de la 5, y de Garibaldi a Constitución de 1917, de la 8, precisó.

El funcionario explicó en entrevista que los casos más recientes ocurrieron en las estaciones División del Norte, de la línea 3, y Consulado y Misterios, de la línea 5, el mismo día, un sábado, lo cual fue extraordinario ya que esas personas eligieron las denominadas horas valle (de menor demanda), entre las 12 y las 18 horas, y rebasaban los 45 años de edad.

Hace unos días, recordó, se tuvo el caso de un joven de 17 años, pero son más los adultos: 70 por ciento hombres y 30 por ciento mujeres, quienes encuentran en el suicidio una puerta falsa a los problemas que los aquejan, ya sea económicos, familiares, de noviazgo, de salud o depresión.

El monitoreo de las 175 estaciones, con el apoyo de 3 mil 404 cámaras de videovigilancia, 3 mil 285 elementos distribuidos en las 18 horas de funcionamiento del Metro, la instalación de 21 centros de monitoreo y un sistema de radiocomunicación denominado Tetra en las líneas 2 y B, con 50 radios portátiles y 10 bases, impidió que otras 35 personas se arrojaran al paso de los convoyes.

La detección de una persona que pasa varios minutos deambulando por el andén, nerviosismo o rebasar continuamente la línea amarilla al aparecer el tren en el túnel nos lleva a sospechar y personal adscrito a la estación de inmediato aborda a ese pasajero, pues ha desarrollado una sensibilidad especial en estos casos e impedido un mayor número de suicidios, comentó.

La posibilidad de que el tren alcance a frenar, al arrojarse una persona a su paso, es imposible, aun en las horas de menor demanda, cuando el número de pasajeros se reduce un promedio de 30 por ciento –unas mil–, pues la velocidad a la que circula es de 70 kilómetros por hora y pesa varias toneladas. Este año sólo cinco la libraron de morir al quedar entre los durmientes y no tocar la barra guía, que está energizada, pero son los menos y quedan con varios golpes.

Sin embargo, los conductores de los trenes son retirados del servicio y sometidos a tratamiento sicológico, pues el choque (emocional) es muy fuerte, más cuando sabes que la persona no sobrevivió, pero trabajamos en eso y hoy día tenemos avances importantes, afirmó Bojórquez Hernández.