El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez despidió de manera injustificada al neurocirujano Rodolfo Ondarza Rovira, por lo que deberá reintegrarlo en su puesto de médico especialista C, así como pagarle los salarios y prestaciones correspondientes a los cuatro años en que dejó de laborar por decisión del ex director del instituto, Julio Sotelo Morales. Así lo resolvió la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) al término del juicio en el que ratificó que erróneamente Sotelo dio el carácter de recomendación a un oficio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

En dicho documento, el ombudsman se limitó a asesorar a la familia de Isaac Vidal Bobadilla, enfermo de epilepsia, quien falleció presuntamente por negligencia médica de personal del INNN. La CNDH comentó sobre el procedimiento que se debería seguir una vez que el órgano Interno de Control (OIC) del instituto concluyera la indagatoria sobre el caso, la cual incluía la actuación de varios médicos.

Sobre el mismo asunto, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico exonera en su dictamen a Ondarza Rovira.

El laudo laboral, emitido por la JFCA el 19 de noviembre, desechó cada argumento presentado por la representación legal del INNN, principalmente el relativo a la recomendación de la CNDH y su negativa a reinstalar al médico en su puesto.

Resaltó que autoridades del INNN conocían de las supuestas irregularidades que Ondarza Rovira habría cometido en perjuicio de la salud y vida de Vidal Bobadilla desde junio de 2005, cuando el comité de epilepsia del instituto se reunió para valorar si el paciente era candidato a cirugía, como había sugerido Ondarza. De hecho, el enfermo se encontraba hospitalizado, en espera de que el neurocirujano le practicará la operación mediante la cual lograría controlar las crisis epilépticas. El problema fue que para entonces, resultado del hostigamiento laboral que padecía el especialista, tenía prohibido realizar cualquier tipo de intervención en quirófano.

Vidal Bobadilla fue dado de alta y falleció a causa de una nueva crisis. Su familia atribuyó el deceso a las decisiones tomadas por el personal del INNN, en particular el comité de epilepsia integrado en ese momento, entre otros, por los doctores Miguel Ángel Celis e Iris Enriqueta Martínez Juárez, que determinaron que Isaac padecía epilepsia generalizada, por lo que no era candidato a cirugía. En cambio, Ondarza Rovira sostenía que se trataba de una epilepsia focal, con posibilidades de control por medio de operación.

Ondarza, experto en neurocirugía estereotáctica y funcional (de invasión mínima) para el tratamiento de Parkinson y epilepsia, entre otros males del sistema nervioso central, formaba parte del grupo de trabajadores del INNN que denunció irregularidades en la administración de Sotelo. Luego de su despido injustificado, al que se sumaron dos médicos –aún en litigio–, Sotelo interpuso una demanda por daño moral en contra de seis trabajadores del INNN, Ondarza incluido. El juzgador determinó que el ex director del instituto no tenía razón y también liberó a los doctores de cualquier responsabilidad.