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No podemos garantizar que el número de fallecidos no aumente: presidente Sebastián Piñera

Incendio provocado por riña entre reos deja más de 80 muertos en penal chileno

Admite el mandatario que la situación penitenciaria no resiste más: el hacinamiento supera el 70%

Choques entre policías y parientes de reclusos que querían ingresar a la cárcel para saber de los suyos

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Familiares de los internos de San Miguel, en las afueras de la cárcel ubicada en el sur de SantiagoFoto Ap
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Imagen de video de la prisión cuando es presa de las llamasFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 9 de diciembre de 2010, p. 34

Santiago, 8 de diciembre. Un voraz incendio se produjo esta madrugada en la cárcel de San Miguel –en el sur de Santiago– tras una riña entre reos, que causó al menos 81 muertos y 21 heridos, entre los cuales 14 se hallan en estado grave por las quemaduras, en lo que constituye una de las peores tragedias en un recinto penitenciario de Chile.

El presidente Sebastián Piñera, al lamentar el suceso ocurrido las 5:30 de la mañana en la torre cinco de la prisión, reconoció que la situación penitenciaria del país no resiste más pues el hacinamiento supera el 70 por ciento. Añadió que no podemos seguir viviendo con un sistema carcelario que es absolutamente inhumano.

Cientos de familiares rodearon el penal en pocas horas y a gritos reclamaban dígannos qué pasó, quiénes están vivos. Incluso muchos querían ingresar al penal y entonces se produjo una escaramuza entre esos grupos y los policías, en momentos en que el siniestro había sido ya controlado por los cuerpos de bomberos.

Este es un día de tremendo dolor. No podemos garantizar que el número de muertos no aumente, añadió el mandatario, y aseguró que los deudos ya fueron informados privadamente de los decesos. También reconoció que en el momento del incendio sólo había entre cinco y seis guardias cuidando a los reos, del turno la noche.

En la prisión de San Miguel había cerca de 2 mil internos, casi el doble de su capacidad.

Según los primeros reportes, por el hacinamiento y material de alta combustión que había en el recinto, el incendio causado por una pelea entre dos internos se propagó rápidamente en el cuarto piso de la torre, donde estaban los reos más peligrosos.

En Chile tenemos 53 mil reclusos que están internos. El grado de hacinamiento en nuestras cárceles supera el 70 por ciento y en algunas, como San Miguel, supera el 90 por ciento y otras más el 200 por ciento, señaló Piñera. Admitió el gobernante conservador que este sistema carcelario es una vergüenza y anunció un plan extraordinario de construcción de nuevas cárceles para hacer frente a este problema.

Aunque aún se investigan las causas exactas del incendio, el fiscal Alejandro Peña, a cargo de las investigaciones, declaró a la prensa que se ha encontrado evidencia que da cuenta de la intencionalidad del origen del fuego.

Se han revisado todas las imágenes de seguridad, se han revisado las comunicaciones internas de Gendarmería (policía de prisiones) y se realizan indagaciones con el cuerpo de bomberos, dijo.

También el director nacional de Gendarmería, Luis Masferrer, admitió que el hacinamiento refleja la precariedad del sistema carcelario chileno.

Varias de las víctimas murieron calcinadas, mientras que otros fueron por asfixia. De la torre siniestrada fueron rescatados al menos 65 reclusos, según los informes de las autoridades.

El intendente (gobernador) de Santiago, Fernando Echeverría, confirmó que el número de muertos era de 81 y 21 heridos, y que se logró desalojar a más de 200 internos de la zona de peligro.

Se estima también que hay unos 55 cuerpos que difícilmente podrán ser identificados, por lo que esa tarea podría demorar días.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, indicó que entre los heridos hay 14 reos muy graves, con distintos grados de quemaduras y problemas respiratorios. Además, dijo, hay varios funcionarios penitenciarios y bomberos heridos, que fueron llevados a centros hospitalarios de Santiago.

Mañalich lamentó que ésta es una nueva desgracia que azota a nuestro país en un año duro, al recordar el terremoto y el tsunami que estremecieron el país el 27 de febrero, a lo que siguió el dramático rescate en octubre de 33 mineros, que estuvieron atrapados en el fondo de la mina San José durante más de dos meses, en la localidad norteña de Copiapó.

El ministro de Justicia, Felipe Bulnes, anunció que emprenderá una investigación para averiguar las causas del incendio.

La peor tragedia anterior se había registrado en 2001, cuando 26 reclusos murieron en un incendio en la cárcel de de Iquique, mil 800 kilómetros al norte de Santiago. Otro hecho parecido al de este día ocurrió el año pasado con la muerte de 10 presos en la cárcel de Colina II, en Santiago, a consecuencia de una riña entre reclusos.

Algunos parlamentarios, como Alejandro Navarro y Hugo Gutiérrez, relataron la situación dramática que se vivió dentro de la cárcel de San Miguel en el incendio, al señalar que los reos no pudieron librarse del fuego debido al calentamiento de las barras de metal de las rejas y escaleras del penal. Además, se rompieron los sistemas de alcantarillado producto de la cantidad de agua.

De hecho, dijeron, una escalera caliente, humeante, les impidió correr. Muchos murieron tratando de escapar. Gutiérrez llamó a estudiar medidas que alivien la crisis de sobrepoblación en los penales del país, y dijo que hay problemas sociales que no se pueden resolver con más encarcelamiento.