Miércoles 8 de diciembre de 2010, p. 32
Sidney, 7 de diciembre. El renombrado intelectual estadunidense Noam Chomsky se unió a la petición de periodistas, abogados y escritores australianos para que la primera ministra de Australia exprese un apoyo firme
al fundador del portal Wikileaks, Julian Assange, de nacionalidad australiana.
La retórica cada vez más violenta
contra Julian Assange genera graves preocupaciones
por la seguridad del fundador de Wikileaks, dice la carta dirigida a la jefa del gobierno australiano, Julia Gillard.
Le pedimos condenar, en nombre del gobierno australiano, los llamados a atacar físicamente a Assange y a decir públicamente que usted asegurará que Assange reciba las protecciones a las que tiene derecho
, aunque las amenazas vengan de individuos o estados, señala la carta publicada en la página web de la televisión australiana ABC.
La carta fue escrita por el profesor Jeff Sparrow, de la Universidad de Victoria, y por Lizzie O’Shea, abogada especializada en derechos humanos.
Según Jeff Sparrow, se enviaron algunas invitaciones para firmar el documento, y rápidamente muchos convocados se unieron.
El equipo fue contactado por Noam Chomsky, lingüista y profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Chomsky se puso en contacto con nosotros porque creo que alguien le pasó la carta
, declaró Sparrow.
Creo que la impresión de que Assange es tratado de forma injusta no se limita a Australia
, añadió.
Entre los firmantes figuran el senador del partido verde Bob Brown y varios escritores australianos, como Raimond Gaita, Christos Tsiolkas y Helen Garner.
Según la carta, una declaración de la parte la primera ministra no tendría que crear controversia. Es un simple compromiso a favor de los principios democráticos y de la ley
.
Si no hacemos nada para evitar estas incitaciones a la violencia contra Assange, un precedente perturbador se habrá establecido en el mundo anglófono
, destaca el texto.
A finales de noviembre, el gobierno australiano declaró, a través del fiscal general Robert McClelland, que apoyaría a Washington en caso de acción judicial contra Wikileaks.