Al celebrar una misa por el segundo aniversario luctuoso de Carlos Abascal, quien fuera secretario de Gobernación en el sexenio de Vicente Fox, el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, aseguró que el panista es un ejemplo para los políticos mexicanos, por su capacidad de diálogo y congruencia entre su fe y actuar político.

En entrevista, el representante del papa Benedicto XVI en México recordó que Abascal fue una persona que dio testimonio de su fe y procuró actuar en concordancia con sus principios, tanto en su vida privada como pública. El nuncio exhortó por ello a los laicos, especialmente a los políticos que fueron bautizados, a que sigan su ejemplo.

Sobre la petición que han hecho algunos grupos para que el arzobispado de México abra el proceso de beatificación del que fuera también secretario del Trabajo –una vez que se cumplan los cinco años de su muerte, como exige el Vaticano– Pierre dijo entender por qué se hace esta solicitud.

Lo conocí los últimos años de su vida, pero yo pienso que es un ejemplo, hay muchísimas personas que lo dicen, no solamente yo. La beatificación y la canonización de una persona es el resultado de una larga investigación de la Iglesia, que haya personas que pidan la beatificación lo encuentro normal.

En la homilía efectuada en la capilla del Convento de la Visitación de María Santísima, en Mixcoac, y a la que acudieron diversos panistas y familiares de Abascal, así como el titular de la Procuraduría General de la República, Arturo Chávez, el nuncio exhortó a integrantes de gobiernos y partidos a ser congruentes con su fe y su práctica política.

Necesitamos personas que sean servidoras de la paz, de la justicia, de la educación, que defiendan los valores de la familia y los seres humanos, y que deben ser auténticos políticos, servidores públicos de la nación para construir la justicia, la paz, la armonía social y que sean también discípulos de Jesús, expuso Pierre.

Explicó que todas las personas son llamadas a la santidad. Por ejemplo un político, porque la política es el arte de trabajar por la paz y los grandes valores cristianos deben estar presentes en su práctica. Sabemos que es un arte difícil y también peligroso, porque es la lucha por el poder. El reto es poder vivir en la política como católicos, como discípulos de Jesús. Esto es un reto enorme. Pero no es imposible, al contrario, es la misión de todo cristiano y de todo político católico.