Al encabezar el acto Diálogos con motivo del cuarto año de gobierno, el presidente Felipe Calderón reconoció que la pobreza en el país rebotó el año pasado debido a la crisis económica mundial tan severa y por la cercanía con el epicentro de la misma, como reportó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Matizó al subrayar que a partir de 1997 la pobreza en México se redujo, hasta 2008, cuando comenzó la crisis, lo que habría implicado un rebrote de la miseria para 4 millones de personas, según dejó entrever.

Durante su exposición, Calderón destacó que envió al Congreso una propuesta de reforma política que incluye la figura de iniciativa preferente para que los legisladores no dejen en la congeladora leyes prioritarias.

“Si yo propuse la policía de mando único a nivel estatal. Discutámoslo, modifiquémoslo, pero un buen día díganme sí o no. Sí o no a la reforma laboral. Sí o no a las reformas en materia de energía, por ejemplo. Que no se queden ahí sin resolver los temas. Que cada quien decida y al final que el ciudadano decida: ‘lo apoyo porque votó sí o lo apoyo porque votó no’.”

Calderón argumentó –ante unos 3 mil asistentes y su gabinete casi en pleno– que su propuesta de iniciativa preferente radica en que se fijen plazos para la aprobación de leyes prioritarias con el fin de que, una vez cumplidos, haya una consecuencia y se dé por aprobada o presentada en el pleno. Que ahí se vote sí o no las iniciativas más importantes para el país.

En su balance hizo énfasis en el combate al crimen organizado y, apoyado en una presentación Power point, dijo que la modernización tecnológica de las corporaciones policiacas han permitido, por ejemplo, detectar que el asesino del ex gobernador de Colima Silverio Cavazos Lerma fue un policía de esa entidad.

Mencionó que eso obedeció a la tecnología aplicada y la base de 400 millones de datos, por lo que una sola huella en un automóvil favoreció su identificación.

Al referirse al combate al narcotráfico, sostuvo que no ha habido sesgo en la detención de líderes de los bandas del crimen organizado, que se han conseguido proporcionalmente a su presencia en el país. Según la gráfica presentada por Calderón, 28 por ciento de los detenidos pertenecen al cártel del Golfo y Los Zetas; 24 al del Pacífico, 15 al de los Beltrán Leyva, 15 al de Juárez, 12 al de Tijuana y 4 por ciento a La Familia.

Destacó que en lo que va de su administración la Policía Federal pasó de 6 mil 500 elementos a 34 mil, de los cuales 7 mil son jóvenes que se han canalizado a las áreas de inteligencia de la corporación.

Cuestionó que en otros niveles de gobierno se haya reducido la inversión en seguridad pública, comparándola con el aumento hecho por su administración, de 57 mil millones de pesos en 2006 a 111 mil millones este año.

Valdría la pena revisar este mismo esfuerzo en otros niveles de gobierno. La conclusión que tengo es que debemos gastar más en seguridad; sin embargo, en otras entidades la proporción del gasto público en seguridad no sólo no ha aumentado, sino que se ha bajado, aseveró.

Diálogos con motivo del cuarto año de gobierno fue un nuevo ejercicio en el que Calderón expuso su balance y respondió preguntas, el cual fue repetido luego por cada secretario de Estado, por separado. El reconocimiento del aumento de la pobreza –precedido del reporte de la Cepal– fue el único dato disonante en su discurso sobre la marcha del país.

En los indicadores de pobreza, de 39 millones de mexicanos viviendo en pobreza extrema, ya incluyendo el crecimiento de población, se bajó de 1997 al año antepasado, que es el último dato que hay, de 39 millones a 18 millones viviendo en pobreza extrema, y eso que se rebotó porque ya se había bajado mucho más, como a 14 millones. El dato, incluso lo refrenda la Cepal, un dato que publica hoy (miércoles) pero obedece a ese fenómeno, de la manera tan inclemente que pegó la crisis económica.

Calderón contrastó ese efecto con la recuperación del empleo y subrayó que en 2010 se han generado ya 962 mil nuevos puestos de trabajo, lo que ubica al país con una tasa de desocupación de 5.7 por ciento, por abajo de países desarrollados.