Romano, cerca de su primer título
Vucetich, tras la quinta copa
ubén Omar Romano acaricia una vez más el anhelado trofeo que tanto se le ha negado. El timonel argentino tuvo la capacidad de hacer reaccionar a un Santos que venía en picada en la recta final del torneo regular y, como señaló hace unos días, resaltó el mérito de sus dirigidos por haberse sobrepuesto a la frustración de la final anterior.
Romano ha dirigido ocho equipos: Celaya, Morelia, Tecos, Pachuca, Cruz Azul, Atlas, América y los Guerreros sin haber probado jamás las mieles de un título. Todavía está en la memoria colectiva su rostro de incredulidad y desazón, cuando creyendo que por fin alzaría el cetro, éste escapó de sus manos para quedarse en las vitrinas del estadio Nemesio Diez.
El conjunto de la Comarca Lagunera armó su columna vertebral con jugadores extranjeros. Lo destacable ha sido la buena elección que han hecho los directivos Alejandro Irarragorri y Pablo Cañedo, con el uruguayo Jonathan Lacerda y el panameño Felipe Baloy en la zaga. Sin embargo, la actuación sobresaliente ha estado en su ataque con el colombiano Darwin Quintero y el ecuatoriano Christian Benítez.
Como un lujo, Santos tiene en la banca al argentino Daniel Ludueña y al consentido de la afición, el chileno naturalizado mexicano Rodrigo Ruiz. En resumen, junto con Toluca y Pachuca, el cuadro lagunero uno de los más exitosos desde que se instalaron los torneos cortos y ha hecho campeones a técnicos como Alfredo Tena, Fernando Quirarte y Daniel Guzmán.
A un año de la inauguración del Territorio Santos Modelo, el estadio será escenario de una segunda final, lo que habla de un éxito deportivo que acompaña al empresarial, situación muy diferente a la del Omnilife de Jorge Vergara, quien tiene sumida en la depresión a la afición rojiblanca, sin esperanza de mejoría debido a su negativa para adquirir refuerzos y el afán de vender lo poco bueno que genera.
Para Michel Bauer es la suma de otro fracaso. No hay timonel ni jugador que haga salir del marasmo a las alicaídas Aguilas. Además, el especialista en ventas no encuentra el imán de taquilla que convoque multitudes en las ventanillas del estadio Azteca.
No logró el éxito a golpe de billetera, como ocurrió con la costosa contratación del argentino Ramón Pelado Díaz, quien fue la máxima apuesta del funcionario de Televisa apenas a su llegada al cargo. Desde entonces ha dado bandazos, porque después viró hacia el novato Jesús Ramírez, pero no hubo paciencia ni entusiasmo para darle continuidad.
La esperanza se fijó en el veterano Manuel Lapuente, con el señuelo de revivir la década exitosa con Necaxa, pero los Rayos jamás tuvieron presión similar a la que permanentemente se vive en el América. Los elegidos de Manolo fueron la dupla integrada por Vicente Sánchez y Matías Vuoso, que fue intermitente, mientras a Pável Pardo parecen pesarle los años.
Pumas fue fiel a su espejo y cautivó en la liguilla. Un equipo con la mezcla perfecta de veteranos y jóvenes, que llena estadios porque existe la certeza de ver entrega, corazón y garra. Enfrente tuvo a un timorato y especulativo Monterrey, cuadro colmado de recursos económicos, pero con un juego mezquino que mereció las críticas hasta de sus propios aficionados.
Víctor Manuel Vucetich –afortunadamente no llevará al Tri ese esquema defensivo– hizo pesar como nunca nadie su posición en la tabla general y logró avanzar a la final. El Rey Midas, quien va por su quinto título y segundo con los Rayados –ya ganó el Apertura 2009– instaló el tráiler frente a su portería y ahogó el ataque auriazul para, en la recta final, aplicar un par de estocadas mortales.
A Cuauhtémoc Blanco le tocó beber el mismo trago amargo que Vuoso. Ambos se presentaron ante el público que un día los adoró y hoy sólo recibieron insultos y abucheos. Blanco, con Irapuato, quedó eliminado y serán Tijuana y Veracruz los equipos que disputarán medio boleto por el ascenso. La directiva que encabeza Mohamed Morales deberá mejorar la organización para el duelo de ida.
