Día de Gracias
l jueves pasado se celebró en Estados Unidos el Día de Acción de Gracias, cuyo origen data del año 1636. La historia cuenta que después de una larga y penosa travesía arribaron al norte del continente los peregrinos ingleses que huían de la represión religiosa. Fueron recibidos por los indígenas con agua y alimentos, salvándolos de morir de hambre y sed. Para conmemorar ese momento, año con año millones de estadunidenses se reúnen con familiares y amigos para dar gracias por los alimentos recibidos. La secuela moderna de este rito es que, al día siguiente, millones de personas abarrotan los almacenes para adquirir todo tipo de mercancías que se ofrecen con grandes descuentos. Así se inaugura el inicio de compras masivas que culmina el 24 de diciembre.
Hay una historia no tan conocida. El presidente Roosevelt tuvo la idea en 1939 de adelantar una semana el Día de Acción de Gracias, y con ello ampliar el periodo de compras para reanimar la ruinosa economía del país. La decisión causó una andanada de críticas, principalmente entre la población más conservadora, por lo que dos años más tarde dio marcha atrás y restableció la celebración en el último jueves de noviembre, tal como el presidente Abraham Lincoln la había decretado en 1863.
El hecho guarda una resemblanza con algo que ha sucedido 70 años después. En su intento por superar la profunda crisis económica, el presidente Obama ha solicitado al Congreso una ampliación del periodo en que se otorga el seguro de desempleo para apoyar a los millones que han perdido su trabajo, para reanimar la demanda de bienes y con ello la economía. Al igual que en ocasiones anteriores, la solicitud ha sido rechazada por el sector más conservador en el Congreso. Ha insistido que la decisión debe esperar hasta el siguiente periodo de sesiones, que se inicia en enero del próximo año. Ya se sabe que será la mayoría republicana que triunfó en las pasadas elecciones la que presida la Cámara de Representantes. No es difícil adivinar que, en su intención de debilitar a la administración de Obama, obligarán a una larga y desgastante negociación para al final, tal vez, aprobar la solicitud. Lo que no está a discusión es que, producto de esa negativa, el jueves pasado en muchos hogares no alcanzó, ya no digamos para el tradicional pavo, ni siquiera para pollo y mucho menos para aprovechar las baratas del día posterior. Será una de las primeras muestras de lo que espera a Estados Unidos en los años por venir, en los que para aprobar cualquier iniciativa de una u otra fracción legislativa muy probablemente habrá que recorrer un largo y tortuoso camino.
A Fallo in memoriam. Mi solidaridad con las familias Cordera Mora y Cordera Campos en estos momentos de profunda tristeza. Los jóvenes han perdido una voz, y los suyos y los amigos que compartimos algún trozo de su optimismo y angustias, a un entrañable compañero.