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Ver día anteriorDomingo 28 de noviembre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿La Fiesta en Paz?

Incomodomo de San Luis Potosí, desastrosa inauguración

L

o venimos repitiendo desde hace años: a la fiesta de los toros no la desaparecerán inadvertidos pero subvencionados antitaurinos y protectores de animales, sino contumaces, temerarios e insensibles taurinos que ven la tempestad y nomás no se hincan, sino que persisten en el gravísimo error de pisotear la dignidad animal del toro de lidia, ofrecen una parodia de espectáculo, defraudan al público y lo ahuyentan de las plazas –por modernas que se pretendan–, a ciencia y paciencia de unas autoridades que no sirven para nada, salvo para hacer el ridículo.

Por esas cosas raras de la vida, como dice el inspirado vals Que nadie sepa mi sufrir de los argentinos Cabral y Dizeo, convertido en inmortal versión por el ecuatoriano san Julio Jaramillo, habiendo en la ciudad de San Luis Potosí una plaza de toros, la Fermín Rivera, con seis mil localidades, la Empresa Multiespectáculos de San Luis Potosí, SA de CV, decidió construir el llamado Domo Centro de Espectáculos de esa ciudad, inaugurado el pasado sábado 13 de noviembre, con un concierto, una función de box y un festejo taurino –no una corrida de toros–, con la alegre participación de Enrique Ponce, Sebastián Castella y los aguascalentenses Arturo Macías y Juan Pablo Sánchez; este último en marzo deberá huir del taurinismo balín que asfixia a su país si no quiere perder el gran ritmo y la mentalización adquiridos en España.

Con capacidad para 10 mil espectadores en acojinadas butacas, completamente techado con una cubierta térmica que permite, además de una buena acústica, graduar la luz solar por su material de policarbonato, elevadores para discapacitados y para los prósperos que adquirieron palco, cuatro niveles con 10 filas de barrera, 32 palcos con 18 asientos, 10 filas de primer tendido y 10 de tendido general, el dichoso domo, construido por Pedro Ávila, cuenta asimismo con restoranes, bares y comercios.

Como director general funge el matador en retiro Jorge Ávila, de amplia experiencia empresarial en la plaza de Cancún, que llegó a dar hasta 52 festejos anuales en 1990 y 1991, más otros tres socios: el ganadero Fernando Pérez Salazar, de Arroyo Zarco, y los empresarios Manuel Muñiz y Mauricio Zabala, comprometidos con el Patronato de la feria de esa ciudad a realizar 20 eventos anuales, entre ellos corridas de toros o su aproximación.

Alerta monitor del acontecer taurino de México, sin más compromiso que dignificar la fiesta de los toros, el Centro Taurino México-España de Aguascalientes me envía este desalentador reporte titulado ¿Volveremos al Incomodomo sol de San Luis Potosí?, con las impresiones del desastroso festejo inaugural, tanto en lo taurino como en lo arquitectónico:

“Cuando menos en la inauguración debieron enviar un encierro de toros. Se lidió un infame lote de novillos mansos y descastados, indigno en cualquier plaza de primera y mucho menos en una inauguración. El juez de plaza se retiró en el toro de regalo, exhibiendo su poca categoría y restándosela a la plaza y a las autoridades municipales.

“Parece mentira que con los avances en arquitectura les haya fallado la isóptica. Arquitecto Ávila, suba a los tendidos y siéntese a ver lo que se aprecia del ruedo. Trate de salir de su asiento con gente sentada a sus lados, a ver si lo puede hacer sin que tengan que pararse. En los baños de los tendidos altos trate de entrar cuando haya un lleno entre toro y toro, a ver si caben dos personas por la puerta, y al estar en los mingitorios que los usuarios caminen en el espacio que queda.

“Siéntese en primera fila del segundo tendido y trate de ver hacia el ruedo, sin tener que agacharse. El cable impide la visibilidad. ¿Realmente supervisó usted el diseño? ¿Volveremos al Incomodomo de San Luis Potosí? ¿Volveremos para ver novilladitas anunciadas como corridas?”

Desde luego, no faltará el idiota que suponga que este tipo de información le hace daño a la fiesta, cuando, repito, lo que se está cargando a lo que queda del espectáculo es la mentalidad mezquina de quienes pretenden hacer fiesta a costa de la verdad que entraña el toro de lidia con edad y trapío, no con arlequines de moda y promotores despistados.