oscú. En carta abierta al nuevo alcalde de la capital rusa, Serguei Sobianin, un grupo de actores y músicos rusos, famosos todos, le piden prohibir los sacrificios en la vía pública, más concretamente durante la celebración del Kurbán-Bayram, como se denomina en este país el Eid al-Adha, una de las fiestas más señaladas de los musulmanes.

Ese día, los seguidores de la religión de Mahoma suelen degollar a un cordero, como una acción de gratitud a Dios por salvar la vida de Ismael, hijo del profeta Abraham, en lo que se considera fiesta mayor del Islam.

Nos tiene desconcertados que (durante esa festividad religiosa) en muchos sitios de Moscú se organice, en plena calle, una matanza de animales, cuyo sacrificio se ven obligados a ver muchos moscovitas, incluidos niños, sostienen los autores de la carta.

Preocupa a los firmantes que la percepción de escenas de violencia y crueldad contribuyan a insensibilizar a la gente e incidan negativamente en la sociedad.

Respetan los sentimientos religiosos de los musulmanes, pero enfatizan que el sangriento sacrificio de animales en la vía pública constituye una tradición ajena a Rusia, donde grandes humanistas como Tolstoi, Dostoyevski, Esenin, Leskov, Chejov, Gorki y muchos otros nos enseñaron durante siglos a sentir compasión por cualquier vida.

Por este motivo, piden a Sobianin prohibir los sacrificios en la vía pública y delimitar los sitios donde, puertas adentro, puedan llevarse a cabo.

A decir del jerarca musulmán Shamil Aliayutdinov, nadie quiere matanzas al aire libre en Moscú. Es cuestión de organizarse para que no haya ninguna cruenta exhibición, alega.

En efecto, respondió Sobianin, hay que organizar todo para que no exista ningún desafiante espectáculo, nada de sangre en las calles.

Juan Pablo Duch, corresponsal