Madrid, 27 de noviembre. Sin nombre ni marca electoral pero con estatutos que condenan el uso de la violencia, la izquierda independentista radical vasca presentó este sábado en Pamplona, la capital de Navarra, una nueva plataforma política con que aspira a participar en las elecciones autonómicas y municipales de mayo próximo. Batasuna, la antigua coalición de esta porción del electorado vasco, fue ilegalizada en 2003, acusada por Madrid de ser una organización afín al grupo armado vasco ETA.

A principios de 2000, el entonces presidente conservador José María Aznar, con apoyo del actual mandatario socialista José Luis Rodríguez Zapatero, inició una reforma de la Ley Orgánica de Partidos Políticos, con el fin de crear una normativa ad hoc para proscribir a Batasuna y las organizaciones políticas vinculadas con el independentismo vasco próximo.

La ilegalización culminó en 2003 y desde entonces, tanto el Tribunal Supremo como el Constitucional y el de Derechos Humanos de Estrasburgo han avalado la suspensión de derechos de hasta tres marcas electorales, que representaban a 10 por ciento del electorado del País Vasco.

A principios de este mes, el ex vocero de Batasuna Arnaldo Otegi anunció desde la cárcel un nuevo proyecto para presentarse en las elecciones.

Este día, unos 300 representantes de la sociedad civil presentaron las bases de su nuevo proyecto, en que hacen mención expresa en hasta cinco ocasiones a la voluntad pacífica de su ejercicio político y su rechazo frontal de cualquier uso de la violencia o la coacción. Un requisito irrenunciable de la nueva ley de partidos políticos. La nueva plataforma política fue presentada por dos históricos dirigentes de la izquierda abertzale, Rufi Etxeberria y la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, quienes explicaron que la formación todavía no tiene marca, logotipo o nombre.

En el documento añaden que este nuevo proyecto político y organizativo tiene como bases ideológicas la lucha por la independencia, la defensa y el desarrollo de una política lingüística que fomente el euskera como lengua propia y originaria, la defensa de un modelo socialista en respuesta al modelo neoliberal fracasado, además de la apuesta por un futuro en paz basada en la justicia y la libertad, la defensa de la mujer en la vida pública, la solidaridad entre los pueblos y la democracia participativa.