Guadalajara, Jal., 27 de noviembre. La situación que se vive en el país cada vez asfixia más y las cosas que hace tres años, ya ni siquiera hace una década, eran impensables, ahora son cosa de cada día; se trata de una espiral que comenzó con el asesinato de Colosio, señala el cineasta Guillermo del Toro, quien, convertido en escritor, llega a la FIL de Guadalajara para presentar este domingo Oscura, la segunda parte de la trilogía Nocturna.

“Recuerdo que estábamos presentando Cronos cuando mataron a Colosio, y en ese momento sentí que era el principio del fin de alguna cosa, porque hubo una ruptura de reglas ancestrales. Creo que ese momento, ese año, ese fogonazo, fue el principio de la espiral, que pudo haber comenzado antes, pero era secreta, y la realidad es que lo que se rompió ahí... bueno, vivíamos en un país que tenía estructuras corruptas, ahora ya no hay estructuras. Ese es para mí el principio del derrumbe”, declaró en entrevista con La Jornada.

Este balance “lo hago emocionalmente, no hago análisis político, simplemente es decir que a nivel emocional sentí que las reglas se habían roto. Aquella famosa frase de ‘los demonios andan sueltos’ se ha cumplido cabalmente. Es infinitamente más fácil fabular sobre el mal que intentar entender estas opciones.

“Para mí no existe maldad si no hay opción, cuando tienes la alternativa de matar a alguien o no matarlo, de hacer algo o no hacerlo, en ese momento hay una decisión y no existe la frase ‘no tenía otra opción’. Todos los días las tenemos, lo que es preocupante es que los pequeños gestos de valentía, de hacer las cosas ‘como se deben’, terminan siempre con un asesinato en un lugar público, y esas son cosas que eran impensables hace muy poco años”.

Lo que nos queda, añade, es formular el compromiso individual de decir qué hacemos cada uno en el campo en que nos toca a cada uno, porque si todos nos metemos a la política no va a haber mercado de abastos, televisión, periódico. Hacemos política desde el momento en que decidimos hacer las cosas desde nuestros propios foros.

Va tras el vampiro

En Oscura (Alfaguara), escrito a veinte dedos con Chuck Hogan, Guillermo del Toro recupera el tema del vampiro, uno de las 10 grandes historias que se cuentan una y otra vez, pero despojándolo de cualquier tipo de romanticismo y dejando la maldad pura.

La figura del vampiro es un símbolo universal, todas las culturas lo tienen. “Símbolos muy primarios como el dragón o el vampiro normalmente son maleables, muy flexibles. El del vampiro es particularmente flexible: puede representar la corrupción, la promesa de la eternidad, la eterna juventud, el deseo, ahora la castidad –con los mormones llegó la castidad– y es un símbolo que no se cierra a una sola interpretación. Te puedes encontrar descripciones de vampiros desde la antigua Grecia, hasta el siglo XXI, en todos los quehaceres del ser humano, pintura, escultura, grabado, literatura; es una figura fascinante, cada país le da su sesgo, eso es interesante: no hay un vampiro eslavo o indio o mexicano, son diferentes completamente.

El cine permitió una universalidad de ciertas partes del mito, pero en los orígenes el vampiro es polivalente y flexible.

Como dice Carlos Fuentes, Guillermo del Toro es uno de los grandes continuadores del género del horror. Ahora en Nocturna, la trilogía, decanta esa continuidad hacia la maldad, aunque muchas veces es peor la realidad.

La realidad es infinitamente peor, pero no creo que exista el mal absoluto encarnado en una persona ni en una entidad, creo que todos somos muy malos o muy buenos dependiendo de la hora en que nos levantemos.

El tema de los vampiros no es nuevo para el director de El laberinto del fauno o El espinazo del diablo, de hecho comenzó a leer y escribir notas acerca del vampirismo “desde que era chavo. Mi primer libro sobre vampirismo era un librito que publicó la editorial Posada, dentro de la colección Duda, que se llamaba Vampiros vivos, vampiros muertos, ilustrado por Chávez Peón que era un ilustrador buenísimo.

Aún tengo ese libro en casa y ahora mi colección de vampirismo es considerable. Con los años he podido hacerme con manuscritos originales de los siglos XVII, XVIII y XIX. La curiosidad siempre me ha llevado a este monstruo, estoy fascinado con este monstruo.

También ha tratado este personaje en su filmografía en Cronos y Blade II. En en la primera, por ejemplo, “es un vampiro probrediablezco, es la víctima, los malos son los humanos, mientras que en la segunda, el villano es un héroe trágico, un príncipe caído, venido a menos”, pero lo que le interesaba al llevarlo a la novela fue encontrar la manera de darle una cara a una epidemia viral, que no tuviera opción, que su propósito y su fin fueron la ingeniería que los creo, era una ingeniería de destrucción.

–¿Existe la posibilidad de llevar la trilogía al cine?

–No quiero pensar en ello. Ni Chuck. Fue el trato que hicimos: no hablar de ello porque no quiero empezar a escribir así, estar escribiendo para cine. Ya mucha de la escritura que hago es cinematográfica porque describo con ritmo. Tratamos de dárselo a las novelas, muy ágil pero no quiero pensar en esos términos porque entonces voy a comenzar a pensar: el bueno, el malo, el final feliz, infeliz, me la compran o no me la compran. No me interesa la encarnación siguiente de la novela.

Guillermo del Toro presenta Oscura a las 13 horas en los salones 1 y 2 de la FIL.