El ex gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, aseguró que en términos globales estamos en una situación de conflicto que se refleja claramente en un mundo que marcha a dos velocidades. Por ello, planteó la necesidad de corregir los desequilibrios, pues mientras las economías en desarrollo registrarán crecimientos de alrededor de 7 por ciento durante éste y el siguiente año, los países industrializados crecerán entre 2.5 y 2.3 por ciento, respectivamente. Advirtió que si no se corrigen esos desequilibrios estaremos sembrando la semillas para una próxima crisis.

Se requieren, dijo, políticas distintas en uno y otro caso, porque los países emergentes están viendo con mucha preocupación la mayor liquidez que Estados Unidos inyecta en el sistema financiero y que puede llegar a apreciar las monedas de los países emergentes y ponerlos en una posición competitiva desventajosa, preocupaciones que son muy legítimas. Muchos de estos países, agregó, han puesto barreras al ingreso de capitales de corto plazo. Sin embargo, creo que por experiencia nuestra y de otros países sabemos que eso funciona de repente y de manera temporal.

Confió en que el próximo año en que Francia asuma la presidencia del Grupo de los 20 países más industrializados (G-20), se pueda lograr una coordinación del sistema financiero internacional, porque si no se corrigen desbalances estaremos sembrando semillas para la próxima (crisis).

Al participar anoche en el homenaje a Leopoldo Solís, a 40 años de la publicación de su libro La realidad económica mexicana: retrovisión y perspectivas, el también ex secretario de Hacienda explicó que a 40 años de distancia el tema de la manipulación cambiaria y de la flotación sigue vigente.

Ortiz Martínez, quien en marzo de 2011 tomará posesión de la presidencia del consejo de administración de Banorte, recordó que en la reunión del G-20, que concluyó hace una semana, se presentaron claramente posiciones antagónicas. Por una parte, Estados Unidos como el mayor país deficitario, instó a los países que tenían superávit a ajustarse apreciando el tipo de cambio, en el caso de aquellos que lo manipulan como China, sobre todo.

Mientras, países como China, Alemania y Japón criticaron a Estados Unidos por su política expansionista monetaria, por el anuncio de que compraría 600 mil millones de dólares en bonos del Tesoro. Tanto los superavitarios como Brasil y Sudáfrica lanzaron un ataque frontal sobre esa política “que desde mi punto de vista no tiene ningún sentido.

Lo que hace Estados Unidos es que ante la imposibilidad política de continuar con estímulos fiscales, que es lo que habría que hacer, pienso que tiene el margen para que por lo menos en 2011 con una recuperación tan frágil pueda continuar con una política de estímulos selectivos, siempre y cuando tenga un plan elegible de consolidación fiscal a largo plazo, explicó.

Durante el encuentro en el Club de Industriales llamó la atención la presencia del ex presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), quien en un discurso improvisado llenó de elogios a quien fuera su jefe en el Banco de México. Mencionó que cuando llegó a la Presidencia de la República le ofreció a Leopoldo Solís un puesto de embajador o de lo que él quisiera, a lo que el economista, promotor del liberalismo económico, le respondió: Yo estoy bien, mejor haga bien su trabajo. En el homenaje también participaron Soledad Loaeza, Francisco Gil Díaz y Jaime Serra Puche.