A los enfermos que llegan a las farmacias de clínicas del Seguro Social y no pueden surtir sus recetas, en algunos casos hasta por varios meses, les gusta mucho la iniciativa que propone la entrega de vales canjeables en farmacias privadas. Sin embargo, para investigadores y organizaciones el proyecto es un paso más hacia la privatización de la seguridad social.

La idea de deslindar a las instituciones de su responsabilidad de garantizar los servicios fundamentales a sus afiliados tiene ese interés privatizador detrás, advirtió Asa Cristina Laurell, especialista en salud y seguridad social. La próxima será que, ante la imposibilidad de evitar retrasos en materia quirúrgica, también se entregue a particulares, agregó.

Otras opiniones tienen los fabricantes de medicamentos y los vendedores, que ven en la propuesta aprobada en la Cámara de Diputados el 26 de octubre el riesgo de que se privilegie a determinados laboratorios y farmacias.

Más: Dagoberto Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos, y Laurell coincidieron en que el mayor riesgo es la afectación a las de suyo deterioradas finanzas del Seguro Social, pues la erogación a farmacias privadas por algún medicamento será, sin duda, mucho mayor que la de adquisiciones de grandes volúmenes del mismo producto.

Una constante en las clínicas del instituto es la carencia de fármacos de alto costo para, entre otros males, problemas circulatorios, diabetes y osteoporosis. Nos dan los baratos, los de siempre, pero en algunos casos ya no funcionan, comentaron algunos derechohabientes.

Señalaron que, aunque sus médicos les prescriben otros productos innovadores, incluidos en el cuadro básico, en las farmacias no los encuentran. La respuesta siempre es: regrese en dos días o la próxima semana a ver si ya llegó. La realidad, señalaron los entrevistados, es que “nos llega la siguiente consulta médica –al mes siguiente– sin haber obtenido la medicina”.

Luis Adrián Quiroz, dirigente de Derechohabientes viviendo con VIH/sida del IMSS, señaló que la iniciativa aprobada por los diputados denota su desconocimiento de la normatividad del IMSS, pues cuando alguna medicina no se pueda surtir en sus farmacias los directivos tienen la obligación de conseguirla y entregarla al paciente en las siguientes 24 horas.

Lo malo es que muy pocos conocen esta disposición y se resignan a perder su tratamiento o lo compran por su cuenta, añadió.

Quiroz reconoció que para cumplir con la normatividad, el instituto recurre a compras directas que incrementan los costos.

En el ISSSTE opera desde junio de 2009 el programa Medicina a tiempo, por el cual los derechohabientes reciben vales intercambiables en alguna de 800 farmacias, cuando faltan los fármacos en las unidades médicas.

Dagoberto Cortés resaltó la importancia de que en el programa de vales del IMSS participen todas las farmacias y laboratorios; si no, se confirmarán las sospechas de que el proyecto propuesto por el PVEM en realidad tiene nombres y apellidos.

Todo el mundo sabe de las ligas entre ese partido y las farmacias propiedad de miembros de la familia González Torres, tíos del presidente del PVEM, Jorge Emilio González Martínez, señaló Asa Cristina Laurell, secretaria de salud del gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador.

Advirtió sobre otro riesgo: la pérdida de los beneficios de la negociación de la Secretaría de Salud con los laboratorios farmacéuticos para bajar los precios de los medicamentos de patente.