Buenos Aires, 29 de octubre. Como una verdadera apoteosis, que marca un hito en la historia del país, fue descrita aquí la multitudinaria despedida al ex presidente argentino Néstor Kirchner, la cual no sólo mantuvo a miles de personas en las calles desde el día de su muerte el pasado 27 de octubre y durante su velorio, sino que recibió una impactante adhesión en el largo recorrido entre la Plaza de Mayo y el aeroparque de esta capital, desde donde sus restos fueron llevados después del mediodía a Santa Cruz, su provincia natal –en el extremo sur de Argentina–, acompañados por su viuda, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, sus hijos y otros familiares.

Bajo una lluvia inclemente, miles de personas esperaron el paso de la caravana y arrojaron papeles cortados y flores desde ventanas y balcones, mientras otros aplaudían. Se oían cánticos y consignas, en una escena altamente emotiva, desbordante e inesperada.

No sólo fue el adiós a un ex mandatario a quien compararon con Juan Domingo Perón –el tres veces mandatario del país– y su esposa Eva Perón, ambos indiscutibles líderes populares, sino que en todos los casos se ratificó el respaldo y la solidaridad con la presidenta, a quien se le reconoció coraje, capacidad y fuerza.

Esta es la mayor derrota que ha sufrido la corporación mediática local e internacional y los poderes que hay detrás. El pueblo y su voz, que ocultaron durante tanto tiempo, salió con amor y rabia a las calles, los derrotó y nos abrió nuevas alamedas, dijeron a La Jornada los dirigentes de nuevas organizaciones juveniles peronistas surgidas en estos años.

La presencia de miles de jóvenes en las calles, reconociendo lo realizado por Kirchner y la presidenta Cristina desde 2003 hasta ahora, es la respuesta más contundente a la mentira, la mezquindad y la desinformación. Esta es la realidad de nuestro pueblo y también de América Latina. Argentina es más fuerte hoy porque es América, señalaron.

Los símbolos fueron muchos este día. La última imagen congelada, cuando finalmente se cerró la capilla ardiente, después de más de 24 horas en que miles de argentinos desfilaron por el Salón de los Patriotas Latinoamericanos, en la presidencial Casa Rosada, fue la del retrato de Ernesto Che Guevara, colgado detrás del féretro cubierto de banderas, flores, mensajes y objetos que iban entregando los dolientes a la presidenta, quien se mantuvo dignamente junto a sus hijos, Máximo y Florencia, pero visiblemente emocionada.

Fue el ex presidente Néstor Kirchner quien unos meses después de asumir el gobierno, en marzo de 2004, ordenó al entonces jefe del ejército, general Roberto Bendini, descolgar de un edificio los cuadros de los dictadores. Y como un signo de estos nuevos tiempos, durante los festejos del bicentenario de la independencia nacional, en mayo pasado, la presidenta inauguró junto a su esposo el Salón de los Patriotas Latinoamericanos.

En ese salón se colocaron retratos de los héroes de la independencia locales y continentales y líderes populares de todos los países. Entre otros, están José María Morelos y Pavón, Túpac Amaru, Túpac Katari, Perón y Evita, José Martí, Augusto César Sandino, Omar Torrijos y tantos patriotas verdaderos.

Las adhesiones llegaron desde los más diversos lugares. Pero las que mostraban la diversidad real y la calidad humana eran esos papeles escritos a mano con letras sencillas, que se multiplicaron como las flores.

A lo largo de toda la noche centenares de jóvenes hicieron vigilia en la Plaza de Mayo, mientras miles de personas esperaban entrar a la sala mortuoria.

En uno los momentos más emocionantes de esta mañana, un productor del campo agradeció a la presidenta lo que hizo el gobierno de Kirchner por el sector agrario.

Fue el presidente que mayor rentabilidad dio al campo; no hemos perdido una sola hectárea, señaló el hombre, con firmeza, y exigió a los dirigentes patronales de algunas organizaciones rurales pedir perdón al gobierno por su actuación durante el mal llamado paro del campo, que puso en difícil situación al país en los primeros meses de 2008. Quebrada por la emoción y sin contener el llanto, la presidenta salió de su lugar y fue a saludarlo, y se confundieron en un abrazo.

Desde ese momento varias veces se acercó a abrazar a quienes le expresaban su respaldo. Otro momento emocionante fue cuando los meseros de la casa de gobierno aparecieron repentinamente y varios rompieron en llanto al rodear el féretro.

Hay que destacar también que la multitud demandó que se fuera el vicepresidente Julio Cleto Cobos –quien desde su cargo hace oposición al gobierno–, al considerar que su actitud traicionó a Kirchner y que llegó a ese lugar por votos del peronismo.

Otro nuevo signo fue la presencia activa y militante de intelectuales y de importantes figuras artísticas en apoyo de la política que se aplica desde 2003 en el país. Como una historia del mundo al revés se recordaba en los corrillos de manifestantes que hay actores y cantantes, así como periodistas, a quienes los medios privados dejaron sin trabajo por apoyar al gobierno.

Esto es lo que ocultan aquí y afuera, donde han intentado dar una imagen absolutamente falsa que hoy se les cayó a pedazos, sostuvo el historiador Norberto Galasso.

En el aeropuerto, antes de emprender el viaje final hacia su tierra natal, esperaba el féretro otra multitud que ovacionó al ex presidente y manifestó su respaldo inquebrantable a la mandataria. Aquí está tu pueblo, el que no va a dejar que la historia vuelva atrás, cantaron miles de voces en este día histórico en el que otra vez la juventud ganó las calles.