En pleno arranque de la campaña para el relevo de su dirigencia, el Partido Acción Nacional (PAN) fue acusado por sus militantes de estar en manos de un solo grupo y ser un instituto político autoritario e intolerante.

Ayer, durante el registro de Francisco Ramírez Acuña como candidato a presidente nacional panista, Manuel Clouthier Carrillo, diputado federal, denunció que el actual dirigente, César Nava, bloqueó su intento de afiliarse al blanquiazul.

En enero de este año intenté afiliarme al PAN. Le había solicitado a Luis Felipe Bravo Mena y a don Luis H. Álvarez que fueran nuestros padrinos, y el señor César Nava, actual presidente, bloqueó esa afiliación mía precisamente hablando con alguno de los padrinos, sostuvo el hijo de Maquío, y preguntó a Ramírez Acuña si, en caso de ganar la elección, lo aceptaría como militante.

El PAN que yo espero debe ser un PAN que no esté dirigido por un empleado de Felipe Calderón. Para ejemplos tenemos a César Nava. No le cae bien al PAN un empleado con un criterio bien sencillo, aseveró.

Llamó a los consejeros nacionales a visualizar el partido que quieren formar cuando Felipe Calderón se vaya.

“Si una certeza tenemos es que Calderón se va a ir de la Presidencia de la República en dos años, y el PAN va a quedar… ¿cómo va a quedar? ¿Un partido débil o un partido fuerte? ¿Va a quedar un partido con principios o un partido pisoteado en sus principios? ¿Cuál es el PAN que quieren dejar al margen incluso del propio proceso electoral de 2012?”, cuestionó.

Y si ese señalamiento no fuera muestra suficiente de la inconformidad interna respecto del manejo partidista, la organización Volver a Empezar, que encabeza el ex presidente nacional panista Manuel Espino, sujeto a proceso de expulsión por la actual dirigencia, adelantó que dialogará con 80 consejeros con el fin de cerrar el paso a cuestionables maniobras como la manipulación del Consejo Nacional, la nómina gubernamental como acicate de voluntades y el tráfico de influencias.

Sugirió que los consejeros no comprometan su voto sin antes hacer una reflexión y una valoración colegiadas sobre los perfiles de los aspirantes a la presidencia del blanquiazul.

Ninguno de los cuatro aspirantes registrados hasta ayer ponderó la labor de sus dirigentes. Sí hubo, en cambio, comentarios entre los grupos de apoyo que cuestionaron los resultados electorales de Germán Martínez o la frivolidad de César Nava.

Más aún, la división en Guanajuato del grupo más representativo del panismo, conocido como Yunque, conforma otra arista en la difícil transición blanquiazul.

El deseo del gobernador de esa entidad, Juan Manuel Oliva, de imponer como sucesor a Miguel Márquez lo confrontó a la corriente más radical del Yunque, el cual pretende que el mandatario guanajuatense sea Gerardo Mosqueda, cesado del cargo de secretario general de Gobierno.

En su discurso, Ramírez Acuña llamó al PAN a dejar de manejarse con filias y fobias. En corto, sus simpatizantes admitieron que tiene pocas posibilidades de llegar a la dirigencia, aun cuando ya habló con 220 de los 381 consejeros que definen la elección.

Ramírez Acuña coincidió con Cecilia Romero en afirmar que es necesario arrebatar el PAN al grupo que hoy lo dirige.

Al ex gobernador de Jalisco lo acompañaron Santiago Creel, Luis Enrique Mercado y Juan José Rodríguez Prats, entre otros legisladores federales.

La senadora Blanca Judith Díaz fue la cuarta aspirante en registrarse. Estuvo acompañada por su compañero de bancada Guillermo Tamborrel y un grupo de simpatizantes, que si bien no fue de los más numerosos, sí de los más entusiastas, al manifestarse en el salón de registro con cornetas y matracas.

La legisladora sostuvo que para tener calidad moral ante la sociedad debemos empezar por nuestra propia casa y ser intolerantes ante la corrupción, además de convocar a recuperar la identidad perdida.

Todos los aspirantes, además del grupo que encabeza Manuel Espino, dejaron en claro que debe evitarse que se vuelva a escribir la historia de indebida injerencia gubernamental, ya que, como dice este último en un comunicado, contrariando las perennes tesis del PAN, ha empequeñecido a los dos últimos dirigentes y demeritado el prestigio del Comité Nacional, hacia adentro y hacia afuera del partido.