Buenos Aires, 21 de octubre. Miles de manifestantes de diversas organizaciones políticas, sociales, humanitarias, estudiantiles, incluidas oficialistas, realizaron hoy un multitudinario acto en Plaza de Mayo, en repudio al asesinato del estudiante Mariano Ferreyra ocurrido ayer en un enfrentamiento, supuestamente entre trabajadores, mientras continuaba hasta el final de este día un paro de la Asociación de Trabajadores del Estado y la Central Argentina de Trabajadores.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su gabinete condenaron desde anoche el asesinato del estudiante de 23 años y militante del trotskista Partido Obrero (PO), quien el miércoles recibió un balazo en el pecho durante un enfrentamiento entre grupos integrados presuntamente por miembros de la Unión Ferroviaria (UF) y trabajadores temporales que demandaban la reincorporación de despedidos de la planta permanente del Ferrocarril Roca , privatizado en la década de los 90.

Fernández de Kirchner dijo hoy que su gobierno prefiere pagar mil costos políticos por no reprimir, antes de lamentar la muerte de un solo argentino, y señaló: a aquellos que creen que reprimiendo se demuestra autoridad, les digo que no.

Llamó a todos los sectores a ser responsables en estos momentos, y advirtió que hay otras intenciones en la difusión de cierta información. Se quieren mezclar las cosas y desprestigiar. El momento amargo de ayer es producto de bandas que quieren arreglar las cosas a golpes y a tiros. No quiero una sociedad que sale a la calle con palos o armas de fuego. Voy a defender todas las manifestaciones, pero no con armas o palos.

Y añadió, en referencia a los que manipulan la información en circunstancias tan graves, que ésos son los que viven quejándose. Durante cuatro meses (de marzo a julio de 2008) las patronales rurales bloquearon carreteras de todo el país y los medios nunca se quejaron. El hecho amargo de ayer me hace reafirmar el rumbo y la decisión política de no recurrir a la represión contra las manifestaciones sociales o no sociales. Todos sabemos lo que ha ocurrido en el país y los personajes que actuaron y siguen actuando.

Los trabajadores temporales que se enfrentaron con el grupo señalado como de la UF, estaban acompañados ayer por organizaciones de izquierda radical como el PO, Quebracho y Teresa Rodríguez, y otros; ambos sectores se enfrentaron en septiembre pasado en la Estación Constitución, que cubre la zona sur, de donde fueron desalojados para evitar mayores problemas.

La mandataria también advirtió este día que hay algunos que hace mucho buscan un muerto en Argentina y como no lo pueden lograr desde las fuerzas de seguridad aparecen bandas y pasa lo que pasó ayer.

En su primera aparición pública ayer al conocer los sucesos, en los que además resultaron heridas otras tres personas, una de ellas grave, la presidenta dijo que se va a investigar hasta las últimas consecuencias para ubicar a los responsables intelectuales y materiales del asesinato.

Por su parte, Luis D’Elía, dirigente de la Federación de Tierras y Viviendas, acusó hoy al ex presidente Eduardo Duhalde –del llamado Peronismo Federal (de derecha), que enfrenta al gobierno–, quien se había reunido recientemente con el secretario general de la UF, José Pedrazza, de haber intervenido en estos hechos.

D’Elía denunció esta noche la responsabilidad de Alfredo Trezza, ex funcionario de Duhalde, que habría sido reconocido y acusado por diversos sectores por este caso. Destacó que este crimen se cometió en el mismo lugar en que fue asesinado otro dirigente político en el pasado, lo que estuvo amparado por los policías de la zona.

Muchos sectores han denunciado reuniones de Duhalde con los dirigentes de la UF antes de que pasaran estos acontecimientos.

Las reacciones generalizadas de todos los sectores fueron de condena a este grave hecho, que afecta fuertemente al gobierno, que desde la anterior administración de Néstor Kirchner enfrentó miles de protestas sociales y bloqueos de calles y carreteras sin reprimir.

Por eso este grave suceso es analizado cuidadosamente y es notable la diferencia de posiciones, donde los medios masivos dependientes del Grupo Clarín, aprovechan esta situación para golpear al gobierno, mientras otros políticos como Ricardo Alfonsín, de la Unión Cívica Radical, asumen actitudes de condena pero de equilibrio.

Acompañan a la derecha más radical en sus acusaciones sectores de la izquierda más dura. Lo que sorprendió es la posición asumida por el cineasta Fernando Pino Solanas, de Proyecto Sur, quien acusó al gobierno de ser cómplice de todo sin prueba alguna, a diferencia de otros partidos y movimientos de la izquierda moderada.

El joven asesinado era militante desde los 14 años, cuando cursaba secundaria y era considerado un cuadro político brillante en el PO. Era además dirigente de la Federación Universitaria de Buenos Aires y estudiaba historia.

Su muerte se comparó con la de Darío Santillán y Maximiliano Kostecki, asesinados por la policía de la provincia de Buenos Aires, en junio de 2002, lo que determinó la salida rápida del ex presidente Duhalde, el llamado a elecciones y en 2003 la llegada de Néstor Kirchner al gobierno, donde comenzó una nueva historia en el campo de los derechos humanos.

Sin embargo, ahora se habla de una trampa o una encerrona de las pandillas de los duros de la UF, cuyo dirigente, José Pedrazza, surgió como un luchador sindical en los tiempos de la dictadura (1976-1983) pero dejó ese pasado atrás para acompañar la política neoliberal a ultranza y la privatización escandalosa de los ferrocarriles en tiempos del gobierno de Carlos Menem (1989-1999). Ahora está enfrentado con el secretario general de la oficialista Confederación General del Trabajo (CGT).

Tanto la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, que apoya las políticas sociales y de derechos humanos del gobierno, como las Madres Fundadoras, repudiaron el crimen y se solidarizaron con la familia y los compañeros del joven asesinado, al tiempo que exigieron el esclarecimiento de los hechos.

En este caso quedan varias dudas porque el grupo de la UF estaba armado cuando enfrentó a los jóvenes a los que corrió, en una escena dantesca. Y muchos se preguntan si la policía dejó territorio liberado para que los acontecimientos llegaran a la extrema violencia.