Pragmatismo y lealtad
a iniciado sus trabajos la fundación Equidad y Progreso AC, que impulsará la candidatura de Marcelo Ebrard a la Presidencia de la República. Marcelo defendió las alianzas entre varios partidos, incluyendo al PAN, discrepando en esto de Andrés Manuel López Obrador. Todo esto desató una nueva ofensiva de los plumíferos, los escritores mejor vendidos de la prensa que habían pronosticado la ruptura entre los dos personajes desde hacía 40 meses.
Estos seres ejercen el delicioso ejercicio de la calumnia del que salen impunes. Hablan de un pacto secreto entre AMLO y Peña Nieto y otras locuras. La ola de comentarios provoca nerviosismo en los comités obradoristas. Ha sido necesario que Andrés Manuel se posicione para contender en 2012.
Andrés y Marcelo han tenido una alianza fructífera y sólida. Dio buen resultado en el episodio de Iztapalapa. Ebrard ha resistido los requerimientos de los grandes potentados que le ofrecen a cambio de la ruptura con AMLO cobertura de medios y dinero. Andrés ha reconocido la lealtad de Ebrard y éste, en las últimas entrevistas por televisión, asegura que no quiere romper el pacto y que tiene la gratitud propia de un bien nacido.
En ninguna otra actividad humana la lealtad es más importante que en la política. Pero los dos personajes tienen además razones pragmáticas para mantenerse unidos. La ruptura podría hundir a la izquierda. Quien la provocara se provocaría a sí mismo la muerte política. Es cierto que hoy AMLO está muy bien posicionado. Si dentro de un año resultara el más aventajado, podría ser candidato, pero Marcelo tendría una multitud de oportunidades políticas. Si Marcelo despega y Andrés no mantiene su ventaja, no se empecinaría en ser abanderado en 2012.
Las propuestas de ambos coinciden a pesar de algunos matices en la imagen. Cada uno tiene públicos distintos que podrían multiplicarse al sumarse. Las políticas públicas que puso en marcha AMLO han sido continuadas y mejoradas por Marcelo. El movimiento está creciendo y los esfuerzos del jefe de Gobierno del DF para competir son legítimos. Lo importante es que puedan mantenerse unidos y prosperar rumbo a 2012, porque hay beneficios para todos. Los políticos pueden tener certeza de que van a perder cuando dividen y fragmentan sus fuerzas.