Sin responder preguntas incómodas y desairando a casi 50 personas que debieron comprar mil 500 pesos en productos de la empresa que lo patrocina para darles un autógrafo, el estadunidense Michael Phelps prometió regresar a México, porque me divertí mucho, mi viaje fue maravilloso, hice amigos acá y (quiero) vivir en el país.

Aunque dijo que no hay una decisión final, le gustaría volver a concentrarse en San Luis Potosí a finales del próximo año para el reto que tendrá en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, como lo hizo en el club La Loma en 2007 rumbo a Pekín, donde ganó las ocho medallas de oro y superó la marca de su compatriota Mark Spitz.

El multimedallista olímpico sólo concedió 15 minutos en la conferencia de prensa, que comenzó dos horas después de la cita, luego de que sus patrocinadores y representantes cumplían con su agenda de trabajo para dar entrevistas exclusivas a cuatro televisoras y un medio impreso.

Pocos fueron los que se percataron en una tienda deportiva que ahí estaba el nadador, y sólo tenían acceso si compraban productos de la marca acuática que lo respalda o si eran nadadores, sincronistas o waterpolistas, como el grupo que llevó la Federación Mexicana de Natación, quienes fueron los que más preguntaron en la rueda de prensa, aunque sus cuestionamientos eran más bien dirigidos y por eso Phelps contestaba a gusto.

Con una gorra que le tapaba casi la cara, Phelps platicó que la natación es su vida y pasión, que hay que sacrificar muchas cosas para alcanzar las metas y bromeó sobre que la altura y las víboras es a lo único que le tengo miedo, agregó que siempre se entrena de cinco a10 horas diarias y que lo único que tiene en la cabeza es ganar.

La gran figura del Festival Olímpico del Bicentenario, dijo que fue un hito en la celebración el haber compartido esa experiencia con tantos niños, sentí mucha emoción y fue lo más bonito que experimenté, comentó por medio de un traductor.

Cuando se le preguntó si su imagen se había deteriorado tras el escándalo mediático por la foto de él fumando mariguana, Phelps hizo el intento de responder, pero el presentador lo impidió, ya que el deportista no responderá preguntas personales.

Hasta el director general de la tienda anfitriona, Carlos Gómez, levantó la ceja en señal de desaprobación, luego de que momentos antes atestiguara un donativo de 50 mil dólares que la marca acuática mundial entregó al nadador para la fundación que lleva su nombre, creada hace dos años con el millón de dólares que recibió en la justa veraniega asiática por sus ocho medallas de oro.

Después de recibir un reconocimiento y tomarse fotos con los directivos, Phelps comenzó a firmar autógrafos, pero no todos tuvieron suerte, ya que algunos se quedaron con ganas, porque los organizadores los despidieron olímpicamente.