Cuando vendió Mexicana de Aviación, la administración de Gastón Azcárraga pudo haberse quedado con 265 millones de dólares que se habían apartado para pagar pasivos laborales, los cuales no entraron a las arcas del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), es decir, del gobierno federal, y supuestamente se quedaron en los bolsillos del empresario, advirtió ayer el dirigente de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA), Fernando Perfecto.

Señaló que su gremio, junto con el de sobrecargos y personal de tierra piden aclarar dónde quedó ese dinero, porque de estos recursos se podrían pagar parte de los adeudos y liquidaciones de los trabajadores que serán despedidos.

Indicó que han solicitado saber el destino de estos recursos y nadie da cuenta de los mismos, pero se presume que se los quedó Gastón Azcárraga.

El dirigente explicó que la empresa fue valorada en mil 400 millones de pesos, y vendida en 175.5 millones de dólares, resultado de haber hecho ciertas deducciones, pues al valor de la aerolínea se le aplicó una fórmula de utilidad antes de gastos financieros y se redujeron el monto de las obligaciones fiscales, depreciación, amortizaciones, renta de aviones y gastos adicionales.

Ixe analiza participar

Así, por ejemplo, al valor total le quitaron 997 millones de dólares por contratos de arrendamiento de aviones, porque eran obligaciones ciertas a futuro; se restaron otros 29 millones de dólares a cargo de dinero que había en la caja para pagos inmediatos, y se hizo una quita por 265 millones de dólares, que no entraron a las arcas del IPAB y se quedaron supuestamente en el bolsillo de Gastón Azcárraga.

En caso de que se encuentre una solución satisfactoria a todas las partes involucradas en sacar adelante a Mexicana de Aviación, el grupo financiero Ixe analizaría participar con un porcentaje muy menor en el capital de la nueva empresa, informó el corporativo.

Mediante un comunicado de prensa indicó que su división de banca de inversión participa desde hace algunas semanas en el desarrollo “de un plan de negocios que permita al Grupo Mexicana de Aviación atraer el capital necesario para reiniciar operaciones a la brevedad posible”.

Luego de reconocer que se complica llegar a un acuerdo para que Mexicana regrese a volar, Fernando Perfecto observó que prácticamente todos los involucrados somos acreedores, menos los inversionistas.