En Chilpancingo, Guerrero, al menos tres tiendas fueron saqueadas y sus escaparates destruidos por unos 40 jóvenes que se mezclaron entre los manifestantes convocados a la marcha conmemorativa del 2 de octubre de 1968.

Los atacantes –que se cubrían el rostro con pañuelos y playeras– rompieron los vidrios de las tiendas con bates de beisbol y patinetas, luego de lo cual robaron cervezas y licores. En una tienda ubicada en el zócalo, corretearon a los policías que cuidaban el lugar, golpearon a uno y lo despojaron de su radio, según testigos.

A su vez, los manifestantes hicieron pintas en casas y edificios con leyendas alusivas a la represión del 2 de octubre de 1968. Al término de la marcha, Nicolás Chávez Adame, dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), se deslindó de los actos vandálicos.

Los contingentes de la APPG, compuestos por campesinos, colonos, profesores y alumnos de la normal de Ayotzinapa, marchaban de manera pacífica cuando apareció un grupo de alrededor de 40 jóvenes que aprovecharon para hacer sus desmanes, dijo.

En tanto, académicos de la Universidad Autónoma de Zacatecas conmemoraron la matanza de estudiantes con un panel de análisis donde participaron Arturo Burnes Ortiz, Luis Medina Lizalde, Armando Reveles Delijorge y Abel García Guízar, así como Enrique Espinoza Villegas, quien hace 42 años acudió al mitin de Tlatelolco y presenció los hechos.

Los libros de historia no reflejan en toda su dimensión lo que sucedió, dijeron los conferencistas, por lo que consideraron importante realizar foros como éste para que la juventud conozca la verdad.

En Morelia, Michoacán, más de 8 mil estudiantes, sindicalistas, profesores e integrantes de organizaciones sociales marcharon de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo al centro histórico, y en la capital de Oaxaca hubo una manifestación multitudinaria encabezada por la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

También hubo actos conmemorativos en Quintana Roo, Morelos y Nuevo León. En esta última entidad, el regidor perredista de Santa Catarina, José Luis Becerra Herrera, solicitó al cabildo quitar a la principal avenida de la cabecera municipal el nombre de Gustavo Díaz Ordaz, presidente en funciones de 1964 a 1970 y quien se asumió como responsable de la represión.