En víspera de su debut en el selectivo nacional de primera fuerza, la subcampeona olímpica juvenil de taekwondo Briseida Acosta confesó estar ansiosa y preparada para dar patadas, porque el camino es largo todavía para emular a su paisana María del Rosario Espinoza.

Alta y robusta, la sinaloense de 17 años promete que vienen cosas importantes, pero todo a su debido tiempo y sin prisas, porque en su deporte desde hace varios años que los jóvenes somos tomados en cuenta y hay cantidad de talento.

Acosta confesó que por pequeños errores y tener una rival estorbosa perdió la medalla de oro en Singapur 2010, pero que estaba feliz por haber aportado al país una de las seis preseas que se obtuvieron en esa justa.

Acumula una década en el deporte de las cintas negras y todo se lo debe a su padre, quien es entrenador de taekwondo en su natal Navolato. Estoy emocionada, me gusta pegar y le vamos a echar todas las ganas, comentó la competidora en la división mayor de 68 kilogramos, ganadora de medallas centroamericanas y panamericanas.

Como subcampeona olímpica de los primeros Juegos de la Juventud, la taekwondoísta ha recibido reconocimientos y es favorita para ganar este año el Premio Estatal del Deporte, en Sinaloa. Quiero ser la inspiración de muchos niños, eso motiva. Allá no todo es violencia ni narcotráfico, porque como dicen en mi tierra, somos más buenos que malos.

Hace dos semanas Briseida dejó a su familia para concentrarse con la selección mayor en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano y estudia la preparatoria en línea. Añora el terruño, pero también se aferra a que, para trascender, se deben sacrificar muchas cosas y esta oportunidad única no la quiere desaprovechar.

En el gimnasio Juan de la Barrera, durante la segunda jornada de competencias del selectivo al Panamericano de Monterrey –a realizarse en diciembre próximo–, ganaron su boleto Ollin Medina y Aura Treviño, en la modalidad de formas, para asistir también al Mundial de Uzbekistán.