El interés por la riqueza activa una región cerebral de aparición reciente en la escala evolutiva
Las imágenes eróticas estimulan una zona más antigua, dicen expertos del Centro de Neurociencias Cognitivas de Lyon, en Francia
Demuestran disociación entre dos tipos de recompensas, señalan
Jueves 30 de septiembre de 2010, p. 2
París, 29 de septiembre. El placer erótico y el amor al dinero estimulan zonas diferentes del cerebro: las imágenes eróticas activan una zona más antigua en la escala de la evolución y el interés por las riquezas estimula una región que apareció más recientemente, según un estudio publicado el miércoles.
Estos resultados, que demuestran por primera vez
una disociación entre dos tipos de recompensas a nivel cerebral, podrían permitir comprender mejor, por ejemplo, la adicción a los juegos de dinero.
Un equipo de investigadores, dirigido por Jean-Claude Dreher, del Centro de Neurociencias Cognitivas de Lyon (Centro Nacional de la Investigación Científica/Universidad Claude Bernard), en el centro de Francia, propuso a 18 voluntarios –todos hombres, de un promedio de 23 años– que aceptaran participar en un juego que les permitiría ganar dinero o ver imágenes eróticas.
La actividad cerebral de 18 hombres era grabada por un escáner de imágenes por resonancia magnética funcional. Durante unos 45 minutos les proyectaban estímulos, cerca de 200 veces seguidas
, explicó Guillaume Sescousse, uno de los científicos que participaron en el estudio. A veces se trataba de una caja fuerte; otras, de imágenes eróticas.
Los investigadores constataron que zonas diferentes del córtex orbitofrontal (situado en la parte delantera del cerebro) eran activadas por esas recompensas diferentes.
Las imágenes eróticas activaban la parte posterior de esa zona, más antigua en la escala de la evolución. Las ganancias de dinero activaban la parte anterior, del mismo córtex, surgida más recientemente en el ser humano.
Cuanto más abstractas y complejas son las recompensas, más solicitadas son las regiones anteriores córtex orbitofrontal
, subrayaron los investigadores.
Estos científicos observaron que regiones del cerebro parcialmente comunes eran estimuladas cuando el cobayo descubría el valor de las recompensas, ya se tratara de dinero o de erotismo, con un placer variable y calificado en una escala del uno al 10.
Las recompensas en forma de dinero no eran únicamente virtuales, pues los participantes fueron remunerados en proporción a lo que ganaron
durante el juego, precisó Sescousse.
Recompensas diferentes actrivan zonas diferentes del cerebro, lo que podría explicar la especificidad de determinadas adicciones por un mal funcionamiento de tal o cual zona del cerebro
, explicó Sescousse.
También podrían explicar las redes de neuronas implicadas en la motivación y el aprendizaje, estimulados por las recompensas.
Este estudio fue publicado en The Journal of Neuroscience, revista de la sociedad estadunidense de neurociencias.