Nueva York, 24 de septiembre. Argentina abrió hoy la segunda jornada de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Cristina Fernández reiteró el reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas y denunció el uso y abuso que hace Inglaterra del poder que le confiere un puesto permanente en el Consejo de Seguridad.

La presidenta deploró que potencias como Gran Bretaña ignoren los llamados a negociar de la Asamblea General, cuyas decisiones no son coercitivas, y alertó sobre una posible catástrofe ecológica en las Malvinas por la explotación de hidrocarburos, como ocurrió con empresas británicas en el Golfo de México.

La mandataria propuso a Irán juzgar en un tercer país a los imputados por el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, en 1994, que dejó 85 muertos y 300 heridos, y a los ataques a la embajada Israelí, en 1992, en Buenos Aires.

Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, reconoció a su par estadunidense Barack Obama por rechazar a la ley antimigrantes de Arizona, y animó a los gobiernos europeos a hacer lo mismo con la directiva de retorno a los migrantes.

Morales criticó el muro que divide México de Estados Unidos y expresó que esos muros de vergüenza tienen que desaparecer.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió más ayuda para apoyar la lucha de pequeños estados insulares contra el calentamiento global, mientras el Consejo de Seguridad exigió recursos extras para los cuerpos de paz.

Algunos estados insulares ya han perdido áreas de cultivo e infraestructuras, sostuvo Ban, mientras la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo estar preocupada por la creciente brecha entre los requerimientos de la misión y los recursos para alcanzarlos.

El departamento de mantenimiento de paz de la ONU cuenta con un presupuesto de 7 mil 600 millones de dólares para 2010-2011, se informó en la sesión.

Por último, la Agencia Internacional de Energía reveló que una de cada cinco personas vive sin electricidad en el mundo. Es inaceptable indicó en un informe que revela que mil 400 millones de personas carecen de electricidad y 40 por ciento depende aún de hornillos rudimentarios y tóxicos para cocinar.