No se han desarrollado programas de alerta temprana ni sistemas de monitoreo: expertos
Los daños que ocasionan los fenómenos hidrometereológicos se duplicaron en las décadas recientes; el mayor problema es la restauración de los manglares porque requiere varios años
Jueves 23 de septiembre de 2010, p. 39
Aunque hay alrededor de 20 millones de mexicanos que residen en zonas sensibles a huracanes, faltan por desarrollarse programas de alerta temprana o sistemas de monitoreo ante inundaciones, así como contra sequías, a pesar de que son pilares del Sistema Nacional de Protección Civil, señalan expertos. En total se trata de un territorio de 800 mil kilómetros cuadrados que enfrenta riesgos por los ciclones.
Tan sólo el paso de Karl por Veracruz ocasionó daños a selvas y manglares que podrían tardar una década en restaurarse, dijo por su parte el director adjunto de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Emilio Flores. Los bosques tropicales son más débiles que los de coníferas y el mayor problema es la restauración de los manglares, porque es un ecosistema muy rico que requiere de varios años de un proceso natural del propio manglar para recuperarse
, explicó el funcionario, luego de anunciar la próxima Expo Forestal.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, divulgados en la Estrategia Nacional de Cambio Climático, los daños que ocasionan los fenómenos hidrometeorológicos se duplicaron en décadas recientes, tan sólo durante los años 90 del siglo pasado más de 90 por ciento de las personas que fallecieron por efectos de los fenómenos naturales, perdieron la vida en huracanes, sequías, tormentas e inundaciones
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En el país existe un sistema de protección civil y mecanismos como el Fondo Nacional de Desastres Naturales para hacer frente a emergencias, “pero el conocimiento científico no ha logrado instalarse en dicho proceso de forma que se desarrollen programas o sistemas de monitoreo y alerta ante El Niño, las sequías, las inundaciones, aun sabiendo que un sistema de alerta temprana sobre huracanes constituye uno de los pilares del Sistema Nacional de protección Civil”, señalan los expertos Víctor Magaña, Cuauhtémoc León y Lilián Guigue, en el análisis La adaptación al cambio climático: ¿de quién o para quién? Siete argumentos para un manual, incluido en el estudio México ante el cambio climático, editado por Greenpeace.
Indican que parte del problema para llevar a la ciencia del clima a la gestión de riesgo ante condiciones meteorológicas extremas es la existencia de un sistema meteorológico incapaz de dar respuesta a las crecientes necesidades de monitoreo, pronóstico y alerta para la planeación en agricultura, desarrollo urbano o la protección civil adecuada a la modernidad y a los cambios y necesidades de un país tan heterogéneo
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Consideran que se debe abandonar el paradigma naturalista del desastre, reduciendo la vulnerabilidad por medio de una mejor información climática.
El tema de la adaptación, como esquema de reducción de la vulnerabilidad de la sociedad a cambios en el clima, requiere de un desarrollo de capacidades en diversos ámbitos, entre otros el científico y técnico.
Actualmente, dada la condición extrema de los ecosistemas, ya es una ilusión suponer que podemos manejarlos (sustentablemente o no), aun sin las tendencias climáticas que experimentamos y que continuarán, de acuerdo con cualquiera de los escenarios climáticos modelados
.
Los autores consideran que los ritmos de cambio se están acelerando más rápido de lo que se pensaba hasta hace unos años como sucede, por ejemplo, en el caso del aumento del nivel medio del mar o el deshielo de los polos
. Por tanto, las estructuras productivas y de gobierno tienen poco tiempo para enfrentar el problema.
Señalan que la adaptación al cambio climático requiere un nuevo tipo de diálogo entre científicos y tomadores de decisiones, y que implica el desarrollo de nuevas instituciones y relaciones entre academia y gobierno, entre academia y sociedad
.