Carmen tuvo que pasar 15 años de dolor, fatiga, insomnio y problemas familiares antes de que le diagnosticaran fibromialgia, enfermedad que hasta ahora ha sido poco comprendida, ya que a los pacientes muchas veces se les califica de histéricos y quienes más la padecen son mujeres.

Aunque a veces siento rigidez en el cuerpo, actúo como si no lo tuviera para salir adelante. El mayor problema es lograr la comprensión de la familia y que entiendan que la depresión que a veces sufro es por esta enfermedad, comentó la paciente, que se atiende en el Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente.

Natividad Cabezas, sicopedagoga española, quien también padece esta enfermedad, dictó ayer la conferencia Impacto sicológico de la fibromialgia, en en la cual explicó que la atención a los pacientes debe ser multidisciplinaria y debe incluir a la familia.

De acuerdo con información de la Secretaría de Salud (Ssa), generalmente pasan años antes de que un paciente reciba el diagnóstico adecuado. El padecimiento se caracteriza por dolor muscular crónico generalizado, depresión, ansiedad, fatiga y trastornos del sueño; agrega que nueve de cada diez pacientes son mujeres.

En el país, reportó la dependencia, se carece de registros de la enfermedad, pero en el mundo se estima una prevalencia de entre 3 y 5 por ciento. Se desconoce su origen; sin embargo, las personas que sufrieron estrés postraumático durante su niñez por abuso sexual, físico o emocional tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

La especialista María Isabel Barrera explicó que se sabe que hay una predisposición genética en este padecimiento, es decir, si en la familia se observan casos de ansiedad y depresión, una persona la puede desarrollar. Dijo que la enfermedad se puede desencadenar a partir de algún factor como el estrés, un accidente o un fuerte impacto emocional.

No es raro encontrar que los pacientes dicen que quizá su madre o su abuela padecieron fibromialgia, ya que presentaban rasgos de depresión o ansiedad, pero no fueron diagnosticadas, porque esta enfermedad no se conocía. Apuntó que 60 por ciento de los enfermos tienen rasgos depresivos y el resto tienen cuadros de ansiedad.

Agregó que un problema es que a los enfermos se les etiqueta y en muchos casos se les llama histéricos. Al ser una enfermedad compleja, en muchas ocasiones se confunde con reumatismo, lupus eritematoso, artritis reumatoide y alteraciones tiroideas, entre otras, lo que provoca que los pacientes pasen años recibiendo tratamientos que en lugar de ayudarlos a controlar el dolor les provocan otras alteraciones.

La dependencia indicó que por lo general esta enfermedad se diagnostica después de los 40 años, aunque un porcentaje importante de pacientes refiere que padece los síntomas desde varios años atrás. Recomendó a las personas que sufran de dolor en varias partes del cuerpo, choques eléctricos con ardor, cansancio excesivo e insomnio, acudir con el reumatólogo, quien es el especialista indicado para hacer el diagnóstico clínico.

Aunque la enfermedad no es curable, se pueden reducir los síntomas con tratamiento farmacológico y terapia sicológica. Con esa terapia se ayuda a los pacientes a expresar las emociones, evitar la culpabilidad y evitar buscar agradar a todos; pueden también recurrir a grupos de apoyo y a las terapias alternativas, como hidromasaje o yoga, explicó Natividad Cabezas.