La imponente explanada del Heroico Colegio Militar fue el escenario para la realización de la llamada Ceremonia Magna Independencia y Libertad, en la que casi 12 mil soldados del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana representaron varias etapas de la historia del país, desde el inicio de la guerra por la Independencia hasta la actualidad.

Ataviados con ropa de época, hombres y mujeres de las fuerzas armadas representaron a diferentes personajes que contribuyeron al fortalecimiento de la identidad nacional a lo largo de 200 años.

En la insólita escenificación, que duró casi dos horas, participaron 36 aeronaves, 77 vehículos y una réplica de un ferrocarril modelo 1900, que corrió sobre un tramo de vía de un centenar de metros colocado a lo largo de la plancha de cemento, frente al balcón principal, donde se encontraba el presidente Felipe Calderón, funcionarios de su gabinete e invitados especiales, así como representantes de los poderes Legislativo y Judicial.

En otras gradas se situó a los contingentes de los 16 ejércitos y planteles navales extranjeros que participarán en el desfile del 16 de septiembre, además de unas 12 mil personas, en su mayoría familiares de cadetes y militares.

Después de rendir los honores protocolarios a Calderón en su calidad de comandante supremo de las fuerzas armadas, la Plaza de Maniobras del Heroico Colegio Militar recibió a los visitantes con un mosaico multicolor desplegado sobre dos gradas con la palabra Bienvenidos. La imagen panorámica cambiaba de acuerdo con la representación y los temas.

Como escenografía, dos telones ubicados al fondo se transformaban en paisajes o edificios, que servían de soporte a la narración de los hechos históricos.

Héroes a escena

Los primeros héroes en aparecer fueron Hidalgo, Morelos, Guerrero e Iturbide, quienes encabezaron las batallas entre las fuerzas insurgentes y las realistas, hasta la consumación de la Independencia con la firma de los Tratados de Córdoba y la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México.

Enseguida y sin mencionar por su nombre a la invasión de Estados Unidos a México en 1847 –en la que nuestro país perdió más de la mitad de su territorio–, se escenificó la defensa del Castillo de Chapultepec por el Batallón activo de San Blas y gesta de los Niños Héroes.

Mientras en el sonido local se escuchaban las hazañas de los mexicanos ante las fuerzas estadunidenses, un joven se subió a una réplica del Castillo de Chapultepec y cuando el ejército extranjero se aproximó, se envolvió en el lábaro patrio y se tiró al vacío para evitar que cayera en manos invasoras, en alusión a la hazaña del cadete Juan Escutia.

Después llegó el momento para la aparición de Benito Juárez en una carroza, en la que se rememoró el peregrinar del ex Presidente de la República durante la intervención francesa. Los asistentes vieron a Maximiliano rendirse tras cruentas batallas y la entrada del Benemérito de las Américas, acompañado del general Porfirio Díaz, a la capital del país para instaurar los cimientos de una nueva etapa nacional.

Tocó el turno a la Revolución de 1910. Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Álvaro Obregón, Pablo González y Emiliano Zapata aparecieron junto a sus seguidores en pos de la ansiada justicia y contra la dictadura.

Uno de los momentos más emotivos fue la entrada en escena de una locomotora de 1900 con las tropas de Francisco Villa rumbo a la Batalla de Celaya, en la cual Obregón terminó con la famosa División del Norte.

Una vez consumada la Revolución, quedó listo el escenario para conmemorar al Escuadrón 201 que participó en la Segunda Guerra Mundial. Un avión P-47 de aquella época apareció en la explanada como testigo de la gesta heroica de los pilotos mexicanos.

La temática aérea continuó. Desde seis helicópteros, fusileros paracaidistas y elementos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes) efectuaron saltos de precisión y de incursión sobre un blanco específico.

Los aviones Pilatus PC-7 dispararon ráfagas de precisión, mientras que la artillería se lució con tiros de eficacia.

El cierre de la magna demostración fue ejecutado por una escuadrilla de seis aviones de combate F-5, que desplegaron en el aire maniobras que impresionaron a los asistentes

Al final, Calderón leyó la lista de honor con los nombres de los cadetes del Heroico Colegio Militar y de la Heroica Escuela Naval caídos durante las invasiones estadunidenses de 1847 y 1914, que fue secundada con un: ¡Murió por la patria!, coreado por los casi 12 mil soldados presentes.