Kabul, 12 de septiembre. Dos personas murieron este domingo en Afganistán, en el tercer día de protestas contra de la quema del Corán planteada por un pastor bautista estadunidense con motivo el noveno aniversario de los ataques del 11-S, y aunque el religioso tuvo que desistir de la quema pública del libro sagrado musulmán ante una fuerte presión –que fue desde el presidente Barack Obama hasta comandantes militares en Irak y Afganistán–, su iniciativa nutrió un marcado ambiente de islamofobia en Estados Unidos.

Soldados afganos dispersaron a unos 500 manifestantes congregados en la provincia de Logar, al sur de Kabul, que gritaban consignas antiestadunidenses como muerte a Estados Unidos y al gobierno marioneta, y lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad afganas.

En este contexto, Feisal Abdul Rauf, el imán que promueve la construcción de un centro cultural y una mezquita cerca de la zona cero de Nueva York, indicó que cambiar de sede el proyecto daría una impresión errónea, y aseguró, en declaraciones a la cadena ABC News, que la quema del libro sagrado habría provocado un desastre en el mundo musulmán.

En cuanto a la quema de ejemplares del Corán propuesta por el pastor Terry Jones, que amenazó con hacer una hoguera con 200 ejemplares del libro sagrado, el imán dijo que el acto habría incrementado las posibilidades de atentados terroristas contra Estados Unidos y los intereses estadunidenses, y habría provocado un desastre en el mundo musulmán.

De acuerdo con el portal BBC Mundo, en Florida vecinos de Gainesville expresaron su desaprobación al pastor Jones y los 50 seguidores de la iglesia The Dove World Outreach Center, fundada en 2009, y afirmaron que éstos proceden de un mundo ajeno.

El Dove Center es desde hace tiempo motivo de vergüenza para Gainesville. Su implacable campaña de intolerancia religiosa y homofobia hacen flaco favor a nuestra ciudad, publicó recientemente el diario Gainesville Sun para limpiar la imagen de una comunidad de 130 mil habitantes que es sede de la quinta universidad más grande de Estados Unidos y donde habitan alrededor de 4 mil musulmanes perfectamente integrados.

En tanto, en Irak, otro país invadido por Estados Unidos, unas 30 mil personas están detenidas sin haber sido juzgadas, en cárceles iraquíes en las que, la mayoría de las veces, las confesiones se obtienen bajo tortura, denunció Amnistía Internacional.

La organización defensora de los derechos humanos presentó este lunes un informe de 56 páginas titulado Nuevo orden, mismos males: detenciones ilegales y tortura en Irak.