Aguascalientes, Ags., 1º de septiembre. Al ser presentado como nuevo técnico del Necaxa, Daniel Brailovski dijo no ser un bombero, pero se comprometió a que desde el próximo partido contra Toluca sus pupilos pelearán cada pelota como si fuera la última. De allí vamos a partir, porque un equipo en condiciones de descenso no puede hacer planes, por eso decidí venir aquí.

“El término de bombero como lo dicen ustedes acá, no me gusta, pero lo entiendo porque es cuando llaman a un entrenador para que saque al equipo adelante cuando las cosas no se están dando. Pero a mí lo que me agrada es ser un técnico estudioso y analista”, explicó.

Tras señalar que le gusta más ser estratega que comentarista de futbol, dijo que espera conocer en detalle lo más que pueda a sus jugadores en los próximos nueve días, para enfrentar con mucho decoro a los Diablos Rojos cuando se reanude el torneo local.

El Ruso se dio tiempo para bromear: Qué bueno que aquí no tiembla, luego de que se le preguntó si había decidido venir con los Rayos porque en esta entidad no hay movimientos telúricos.

Lo anterior, en alusión al terrremoto de 1985 cuando él jugaba en el América y tras el siniestro decidió abandonar al equipo porque su esposa estaba embarazada y le indicó que se cambiara de lugar, porque los hospitales iban a estar atascados, entonces como uno hace lo que dice la mujer, por eso me fui, recordó.

El presidente del equipo, Luis Alberto Ogarrio, reconoció que se enemistó con Omar Arellano, el técnico saliente, porque no acudió a la entrega del balón de oro el pasado lunes, amén de que su salida se decidió el pasado domingo al término del juego contra el América.

Comentó que “a mí me pagan para dar resultados y créanme que fue la decisión más díficil de mi vida en esta carrera, que es corta, tomar esa determinación –el cese de Arellano–, pero si se molestó porque le pedí que fuera a la entrega del Balón de Oro, le ofrezco disculpas, soy capaz de verlo a los ojos como a ustedes y le doy todo el agradecimiento por haber devuelto a los Rayos a la primera división así de rápido”, manifestó.

Finalmente, aseguró que no existe división en el vestidor y eso pudo constatarlo Brailovsky durante una charla de casi cuatro horas con los jugadores.